Las Naciones Unidas proyectan que el consumo de carne aumentará al menos un 50% para 2050. Para satisfacer de manera sostenible la creciente demanda, será esencial diversificar la producción de proteínas.

Los gobiernos, las organizaciones sin fines de lucro, la industria, los agricultores, los pescadores, entre otros están llegando a una conclusión común: si se quiere permanecer dentro de los límites planetarios, la producción de alimentos como de costumbre no será suficiente.

Al respecto, un tema importante está llegando a la cima: las proteínas. La creciente demanda mundial de carne y mariscos está ejerciendo una presión aún mayor sobre los agricultores y pescadores para que produzcan más con menos. Evidentemente, esto incluye una oferta cada vez menor de tierras agrícolas y reservas en el océano.

En Estados Unidos y en todo el mundo, los agricultores y otras personas que se encuentran en la primera línea de la producción de alimentos están experimentando desafíos cada vez mayores. Desde sequías provocadas por el clima e inundaciones provocadas por la deforestación hasta devastadoras gripes aviares y plagas de cultivos. La producción de carne está alcanzando límites estrictos.

No dejes de ver: Proteínas de origen animal alternativas: Insectos, algas y fuentes no convencionales

Proteínas alternativas: la meta

Las proteínas alternativas son innovaciones agrícolas que utilizan mucha menos tierra y agua, reducen las emisiones y podrían abrir nuevas oportunidades para los agricultores.

Estos nuevos alimentos están en sus inicios, pero están surgiendo rápidamente junto con otras soluciones agrícolas que pueden ayudar a transformar el futuro de los alimentos para el bien de las personas y del planeta.

De acuerdo con Ilya Sheyman, director ejecutivo del Good Food Institute, se prevé que las tierras agrícolas, principalmente pastos y cultivos forrajeros, se expandan en más de 600 millones de hectáreas para 2050, lo que implica una superficie que duplica el tamaño de la India.

El Instituto de Recursos Mundiales se refiere a esto como la expresión global de la tierra, que conducirá a una mayor competencia por tierras y agua finitas, mayores emisiones y una pérdida de biodiversidad sin precedentes.

“No podemos hacer más de lo mismo. En todo el mundo, una transición hacia proteínas alternativas podría reducir la cantidad de tierra necesaria para alimentar a la población humana hasta en un 75%, lo que liberaría alrededor de tres mil millones de hectáreas de tierra para la restauración ecológica, la energía renovable y la agricultura regenerativa”,
enfatiza Sheyman.

La investigación de proteínas alternativas que exploren cultivos más allá de los que actualmente se cultivan en grandes volúmenes. Foto: Freepik

Se fortalece la innovación agrícola

Durante mucho tiempo, Estados Unidos ha liderado la innovación agrícola a nivel global. Para alimentar de manera sostenible a miles de millones de personas, los sistemas alimentarios y agrícolas en Estados Unidos y en todo el mundo deben producir más con menos recursos. Esto significaría triplicar la innovación.

La innovación en proteínas alternativas podría ayudar a desbloquear nuevas oportunidades para los agricultores que buscan fuentes de ingresos nuevas y diversas.

Hoy en día, los alimentos básicos estadounidenses sirven como ingredientes esenciales para innumerables productos proteicos alternativos, que alimentan a familias de todo el mundo. Estos son:

soja
trigo
guisantes
frijoles

Con un mayor apoyo a la investigación de proteínas alternativas que exploren cultivos más allá de los que actualmente se cultivan en grandes volúmenes, se podrían desbloquear aún más oportunidades de mercado.

Esto, además, crearía nuevos empleos y medios de vida en cadenas de suministro de proteínas sostenibles y brindando oportunidades económicas a las comunidades rurales y urbanas por igual.

Por último, cultivar y producir cultivos para una variedad de productos proteicos alternativos no solo puede diversificar los flujos de ingresos de los agricultores. Sino también ayudar a reconstruir y retener el suelo, absorber carbono, mejorar la calidad del agua e infundir diversidad y resiliencia de cultivos muy necesarias en nuestro sistema alimentario global.

GFI Europe invierte en proyecto de fermentación y proteínas alternativas