Las legumbres existen desde hace siglos y siguen desempeñando un papel fundamental en los esfuerzos por construir un futuro sostenible y con seguridad alimentaria para todos.
Por ello, cada 10 de febrero se conmemora el Día Mundial de las Legumbres, para concienciar a la población sobre los beneficios nutricionales de su consumo.
Aunque las legumbres existen desde hace tiempo, su contribución a la seguridad alimentaria, la buena salud y el medio ambiente está empezando a ser plenamente reconocida, gracias a su aporte a la alimentación basada en plantas.
Propiedades nutrimentales de las legumbres
Las legumbres tienen un alto contenido de nutrientes y constituyen una excelente fuente de vitaminas y minerales que son vitales para una buena salud. También tienen una larga duración en almacén y contribuyen a ampliar la variedad de las dietas, al tiempo que reducen la pérdida y el desperdicio de alimentos.
En los sistemas de cultivos múltiples, las legumbres aumentan la agrobiodiversidad y fortalecen la resiliencia al cambio climático y los servicios de los ecosistemas.
Las legumbres fijan el nitrógeno de la atmósfera en el suelo, lo que contribuye a mejorar la biodiversidad y fertilidad de este.
La inclusión de las legumbres en la rotación de cultivos puede mejorar la eficiencia de los fertilizantes químicos. Este sector proporciona empleo y oportunidades empresariales a las mujeres y jóvenes de zonas rurales.
Son una importante fuente de proteínas asequibles y con bajo contenido en grasa. También contienen vitaminas importantes, como el folato; y minerales esenciales como el hierro, calcio, magnesio y zinc.
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Las legumbres en la alimentación basada en plantas clave para la nutrición
Las legumbres son una fuente vital de proteínas de origen vegetal y aminoácidos para la población de todo el planeta y deberían ser consumidas como parte de una dieta sana para tratar la obesidad, así como para prevenir enfermedades crónicas.
Son una fuente importante de hidratos de carbono, proteínas, fibra, hierro, vitaminas del grupo B. Apenas aportan grasa, ya que no supera el 4% de su composición y las que tiene son en su mayoría insaturadas.
El contenido en proteínas de las legumbres es elevado, pero son de bajo valor biológico, es decir, carecen de algunos de los aminoácidos esenciales para la alimentación humana. Aunque estas deficiencias de aminoácidos pueden ser compensadas con alimentos como los cereales.
¿Qué aportan a la alimentación plant-based?
Las legumbres son cultivos cosechados para granos secos para el consumo humano. Y resultan esenciales para la alimentación plant-based por tener las siguientes propiedades:
- Las variedades más consumidas son: frijol, frijol blanco, frijol mungo, frijoles de carete, habas, garbanzos y lentejas.
- Entre el 20 y 25% de su peso es proteína que no contiene gluten ni colesterol.
- Se pueden almacenar durante meses y no pierden su valor nutritivo.
- Representan una importante fuente de hierro
- Las legumbres suelen ser consideradas uno de los principales alimentos ricos en fibra.
Su papel en la innovación de productos
El consumo de legumbres en forma de conservas y congelados, así como su uso en la elaboración de productos plant-based, parece tener muy buenas expectativas en el mercado. Ya que permite obtener alimentos de gran calidad nutricional con características de alimentos funcionales y a bajo costo.
En ese sentido, surgen proyectos como Localnutleg, liderado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).
El cual tiene como objetivo estudiar el nivel nutricional y los compuestos bioactivos de variedades de legumbres de los entornos locales mediterráneos. Para generar nuevos productos alimenticios innovadores de origen vegetal.
El impacto estimado de este proyecto es que las tecnologías y herramientas de procesamiento de alimentos ecológicas optimizadas preserven el valor nutricional y enriquecer los valiosos contenidos bioactivos en los productos alimenticios finales.
La tecnología para mejorar los cultivos
Las nuevas tecnologías de mejora vegetal pueden contribuir significativamente a facilitar el acceso a los alimentos, su disponibilidad y su aprovechamiento biológico. Además de contribuir al desarrollo sostenible.
De acuerdo con el especialista Matin Qaim, economista agrícola de la Universidad de Gotinga, en Alemania, la mejora vegetal y otras tecnologías agrícolas contribuyen considerablemente a la reducción del hambre durante las últimas décadas.
La alta intensidad resultante en el uso de agroquímicos también causa serios problemas ambientales. Las tecnologías futuras deben reducir la huella ambiental negativa y hacer que la agricultura sea más resistente a los climas extremos.
En ese sentido, la edición del genoma permite desarrollar plantas de cultivo que son más resistentes a las plagas y enfermedades y más tolerantes a la sequía y el calor. Esto puede ayudar a reducir las pérdidas de cultivos como las legumbres y las fumigaciones con plaguicidas químicos.
Los expertos concluyen que los cultivos que se someten a esta edición son diferentes de los organismos transgénicos modificados genéticamente (OMG), en los que se llevan a cabo técnicas como la mutación, la inserción y la deleción de genes.