Los estudios que han presentado diversos organismos internacionales sobre el impacto de la ingesta de carnes rojas y embutidos han abierto varias discusiones. Una de ellas es la incorporación de insectos en la alimentación diaria como la proteína del futuro.
La aparición de una araña o un gusano en un plato sería rechazada por cualquier comensal en un restaurante argentino. Sin embargo, en China y otros países eso es algo natural.
Si se lo piensa en términos nutricionales, pareciera ser mucho más saludable que la carne de vaca, pollo o cerdo.
Según una investigación de la Universidad de Oxford publicada en el “European Journal of Clinical Nutrition”, hay una gran distancia de aporte de nutrientes y vitaminas entre un grupo y otro.
Los investigadores estudiaron las proteínas y calorías de los alimentos, así como también el sodio, el azúcar y las grasas saturadas. En el primer resultado obtenido no hubo grandes diferencias, pero en la segunda prueba sí.
Más nutrientes en una larva que en el pollo
Los grillos, las cucarachas, las abejas y las larvas tienen muchos más nutrientes que, por ejemplo, el pollo y la carne de vaca. Como ya se dijo, para mucha gente comer insectos es algo ajeno, sin embargo hay países que los ocupan de forma regular en la preparación de los platos. Tailandia, China y México son algunos de ellos.
En estos sitios se fabrican, por ejemplo, barras proteicas con grillos y cucarachas. Estas han podido entrar al mercado occidental sin el rechazo que generaría comer el insecto sin un procesamiento previo. En otros, como en Estados Unidos, es una idea que llega a ridiculizarse con rechazo y negación.
Tras lo publicado en el estudio, los investigadores creen que en un futuro no tan lejano, las empresas de alimentos comenzarán a preparar muchos platos con insectos. Sus vitaminas, según la ciencia, deben aprovecharse. Todo va de la mano con cómo se vea a una araña o un grillo en el plato.
Emergencia de recursos
Un artículo publicado por Paul Vantomme, oficial del Departamento de Alimentación y Agricultura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señala que "esta es una idea que no debería ser ridiculizada, sino aceptada desde un punto de vista de emergencia de recursos, social y económica mundial".
Por otro lado, y en defensa del medio ambiente, los insectos no sólo se generan con facilidad, sino que requieren de poco espacio y pocos recursos naturales para crecer y procrearse. A diferencia de la devastación que causa la producción de la carne.
Los insectos en México
En México, por ejemplo, considerando que los insectos contienen el doble de proteína que la carne, hace muchísimos años que estos ya conforman parte de su dieta.
No sólo en platos de la alta cocina, sino que son parte de la alimentación diaria de aquellos que viven en altas condiciones de pobreza. Se los puede encontrar hasta en postres, con salsa de chocolate y cobertura de azúcar.
De hecho, en México, ciertos sectores de cultivadores plantan maíz de bajo costo para atraer determinada variedad de insectos y así venderlos para su consumo, lo cual se ha comenzado a desarrollar como un mercado de ganancias.
Visto por especialistas, es una excelente manera para que los trabajadores del campo no sólo tengan un ingreso extra al conseguido por sus cultivos, sino que también eviten el uso de pesticidas en sus cosechas.
La idea suena creativa e innovadora, pero no es más que una copia de lo que realizaban los aztecas en su época: comerse los insectos que azotaban sus cosechas.
Fuente: Infobae