Linaje, producto de la herencia familiar del cultivo de la papa y del deseo de incentivar el consumo del tubérculo en Colombia, es el proyecto que Angélica Osorio busca acelerar para aprovechar el potencial y los nutrientes nutrientes de la cáscara este alimento y, al mismo tiempo, contribuir con la mitigación del impacto ambiental asociado con su consumo.
Para la colombiana, con el aprovechamiento del residuo o cáscara de la papa es posible crear un alimento o subproducto rico en nutrientes como vitaminas B y C, calcio y una importante fuente de antioxidantes.
La iniciativa de Angélica Osorio, obtuvo el primer reconocimiento por la Universidad Centro y la Embajada de los Reinos de Países Bajos, la cual empezó a tomar más forma cuando investigó cómo aprovechar el gran volumen de residuos generados en su restaurante con las cáscaras de papa.
Entonces encontró, que con estos restos del tubérculo, podría tener un producto saludable. Fue como encontró que a través de la deshidratación y el procesamiento de las cáscaras podría desarrollar una harina, que serviría de ingrediente base para empanizar alimentos.
“Empecé a hacer algunas pruebas para revisar el uso de esta harina, así como sus características sensoriales y el olor. En el color encontré que era un poco oscura y la idea es perfeccionar la fórmula”, dijo Angélica Osorio.
Fue así como emprendió una estrategia desde su restaurante para recolectar las cáscaras de papa, procesarlas y luego entregarlas como un producto transformado, lo que permite ofrecerlas a un precio muy económico y favorable para su uso diario en los menús.
Prototipos del aprovechamiento de la cáscara de papa
La entrevistada comentó que si bien aún falta cierto desarrollo en la formulación y el proceso de sazonado del producto, experimentó con la harina, añadiendo ingredientes como pimienta, orégano y sal para lograr un sabor agradable.
A partir de esas pruebas, creó el primer prototipo del producto transformado el cual fue una harina para espesar, empanizar y compactar preparaciones en los restaurantes.
“Al rescatar los residuos de papa, rescatamos los nutrientes que van contenidos en ellos, de esta manera los volvemos accesibles para la población colombiana que de otra manera terminarían en la basura”, enfatizó Angélica Osorio.
Pero no se quedó en una sola propuesta, la también diseñadora industrial siguió explorando para encontrar otras aplicaciones a partir del residuo de la papa.
Realizó pruebas con tortillas hechas a base de papa que tienen el potencial tanto para hogares como para restaurantes,. Además, consideró que podrían ser una nueva opción, incluso para personas alérgicas al gluten.
Las tortillas precocidas que desarrolló pueden ser usadas en la industria restaurantera en tacos, fajitas, quesadillas. Incluso, dijo, es una alternativa a las tortillas de harina de trigo.
Angélica Osorio reiteró que es una opción con potencial en el sector restaurantero, ya que permite aprovechar un subproducto de manera sostenible, reduciendo costos y, al mismo tiempo, promoviendo prácticas más responsables con el ambiente.
Aunque aún no ha comenzado la comercialización, Angélica ha realizado un primer prototipo a pequeña escala, en el que ha llevado a cabo todo el proceso de recolección, deshidratación y formulación de la harina.
También ha realizado una simulación de cómo sería el empaque, la etiqueta y el logotipo del producto, queriendo presentar una propuesta lo más realista posible.
El prototipo de la harina aún no está disponible comercialmente, la emprendedora se encuentra en conversaciones con una fábrica en Pereira, una ciudad cercana a su pueblo natal, Santa Rosa, Colombia.
"Estoy trabajando con ellos para que me asesoren en la formulación final del producto, lo que nos permitirá pasar a la siguiente fase: la producción", explicó.
Potencial consumo
Como propietaria de un restaurante, Angélica ha notado la alta demanda de empanizados en su establecimiento, con un consumo semanal de aproximadamente 4 a 5 kilos de este ingrediente.
Al investigar más a fondo el uso de este ingrediente en otros restaurantes, se dio cuenta de que la cantidad de empanizado utilizado en el sector es alta. “Le veo un potencial muy grande para este sector de los restaurantes”, afirmó.
Una de las principales ventajas de la harina de cáscara de papa, añadió, es la textura crocante, algo esencial en los empanizados.
Una solución sostenible
Al aprovechar las cáscaras de papa, dijo Angélica Osorio, se está ofreciendo una solución sostenible porque desarrollaron un nuevo producto con un subproducto que de otra manera se desperdiciaría.
Estimó que semanalmente se consumen 150 kilos de papa en los restaurantes de la ciudad de Santa Rosa. De esta cantidad se genera entre un 15 y un 20% de cáscara o alrededor de 20 kilos de residuo semanal.
Abundó que están haciendo una contribución para cuidar el entorno desde lo micro y desde lo local, para empezar a mitigar el cambio climático porque el plan es hacer una buena estrategia de recolección de la cáscara fresca en los restaurantes para conservarla y procesarla.
Igualmente, el objetivo es llegar a trabajar de la mano de pequeños productores de papa en Colombia.
No dejes de leer: Tecnologías de freído al vacío: mejoras en la calidad y sabor de las papas fritas