La población infantil está expuesta, en mayor medida, al consumo de alimentos ricos en calorías y proteínas. Una experiencia práctica implementada en pequeños de dos y tres años de centros materno infantiles, demostró que a través de actividades que incluyan a docentes, padres y niños, es posible aumentar el consumo de frutas y hortalizas y cambiar costumbres arraigadas.
Trabajar en proyectos transversales con toda la comunidad educativa genera una mirada integradora y holística ya que funcionarios, educadores, familias y niños focalizan la misma temática que puede ampliarse a otros objetivos. Lo importante es consolidar la enseñanza, y por ende los aprendizajes, como oportunidad de construir otro futuro en el que el cuidado del mundo y la salud sean prioritarios. En los proyectos de aplicación es indispensable la contextualización, la interrogación y la problematización de los contenidos a desarrollar.
En este sentido la Asociación 5 al día implementó, junto al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, un proyecto para la promoción del consumo saludable en centros materno infantiles. A continuación se detalla la aplicación práctica de esta iniciativa.
Objetivo general: Incrementar el consumo de frutas y hortalizas en la población preescolar de la Ciudad de Buenos Aires.
Objetivos específicos:
• Poner a disposición de la población preescolar la opción de acceder al consumo de frutas como snack.
• Realizar un programa piloto para ajustar acciones que promuevan una alimentación y actitudes saludables.
• Disponer de una experiencia piloto de cambio de hábitos de consumos.
• Sensibilizar en la temática y brindar herramientas pedagógicas a los docentes, aprovechando sus saberes adquiridos.
Fundamentos del proyecto
La Organización Mundial de la Salud OMS ,a través del informe técnico Nº916 de expertos en alimentación, dieta y vida activa, sostiene que la obesidad es un mal globalizado, que afecta a todas las edades, fundamentalmente a los más chicos. Afirma, además, que la prevención desde la edad más temprana posible es una de las estrategias más efectivas, haciendo hincapié en la promoción del consumo de frutas y hortalizas.
El ámbito infantil está enfrentando una amplia oferta de alimentos obesogénicos, frente a la cual resulta pertinente implementar estrategias alternativas desde lo escolar; reforzando las acciones llevadas a cabo por el Ministerio de Educación de la Ciudad y otras áreas gubernamentales.
Los hábitos alimentarios se forjan desde la temprana edad hasta la adolescencia cuando, por diversos motivos, se modifican algunos patrones. La educación alimentaria se vincula en primera instancia con los hábitos familiares, que van a marcar e influenciar la conducta del niño. También en la escuela se adquieren hábitos por transmisión docente e imitación de pares.
La escuela puede jugar un rol trascendente en la alimentación, brindando diferentes experiencias de aprendizaje, superadoras y dirigidas a una alimentación saludable y hábitos de vida sanos. Distintos países desarrollaron, en los últimos años, proyectos de educación en nutrición y alimentación.
La OMS, OPS y FAO, demostraron la eficiencia de las intervenciones educativas, comprobando que resulta posible influir positivamente en la modificación de hábitos alimentarios, a través de acciones sistemáticas, dinámicas, lúdicas y participativas, incluyendo a los chicos, sus familias y cuerpo docente en su planificación y ejecución.
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Fundamentos particulares
Análisis realizados por el Centro de estudios en Nutrición Infantil (CESNI) en poblaciones escolares, sostienen que la ingesta diaria de calorías y proteínas resulta excesiva, mientras que la de frutas y hortalizas es absolutamente insuficiente. Por otra parte la OMS recomienda que, en una dieta normal, el consumo de frutas y hortalizas debiera ser de al menos 400 gramos diarios.
La ingesta de alimentos se produce a lo largo de todo el día. Durante los recreos se concentra, por lo general, en alimentos hipercalóricos ricos en grasas y azúcares, así como bajos en vitaminas, minerales, enzimas y fibras.
Los hábitos alimentarios heredados del entorno familiar son luego influenciados por los del contexto educativo. Para ejercitar prácticas alimentarias saludables es fundamental que puedan acceder en ese ámbito a alimentos sanos, dentro de los que se destacan las frutas y hortalizas.
Ejecución del proyecto
Uno de los grandes problemas relacionados con nutrición y salud que encontramos en nuestra sociedad actual es el bajo consumo de frutas y hortalizas, lo cual deriva en grandes porcentajes de la sociedad con enfermedades por déficit de micronutrientes.
Partiendo de esta problemática, entre marzo y mayo de 2011, la Asociación 5 al día y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pusieron en práctica un proyecto cuyo objetivo consistió en aumentar la cantidad y variedad de frutas y hortalizas consumidas, acto que guiará hacia una mejor alimentación y, como consecuencia, personas más saludables.
El trabajo de campo se realizó en 15 CEDIs (Centros de Infancia) y CAFs (Centros de Atención Familiar) del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad de Buenos Aires. Durante ocho semanas se entregaron diferentes frutas o jugos para ser consumidos por los niños de dos y tres años asistentes a estos lugares; con la finalidad de hacerles conocer nuevos alimentos y que los incorporen a su consumo.
La edad seleccionada se debió a la importancia que tiene la incorporación de hábitos saludables en esta etapa de la vida, donde todo lo aprendido en los primeros años queda fuertemente constituido en la persona y probablemente se mantenga durante los años siguientes.
Para que la entrega de frutas tenga un efecto mayor e influyera en la alimentación de estas personas, se brindaron charlas a los padres y personal de las instituciones, y talleres a los niños. Se visitó cada jardín, en los que se realizaron actividades.
La charla para padres y personal de la institución, en algunas oportunidades, se daban en forma separada; mientras que en otros jardines se reunía en una sola actividad a ambos grupos. La modalidad empleada era elegida por la institución, dependiendo de la cantidad de gente asistente y de los horarios disponibles.
En el caso de los niños, el lugar de desarrollo del taller fue su propia aula. Las actividades realizadas fueron lectura de cuentos, reconocimiento de imágenes de frutas y hortalizas, rompecabezas y videos infantiles.
Desarrollo de actividades con adultos
En las charlas con padres y personal de la institución se utilizó una presentación con lectura e imágenes para acompañar y complementar las palabras de la nutricionista a cargo de la misma. A modo de introducción se informa sobre “5 al día”, sus objetivos, propuestas y formas de trabajo, y sobre el proyecto y las actividades que se realizan.
Luego, se habla sobre la obesidad y su relación con el bajo consumo de frutas y hortalizas. La obesidad es una de las enfermedades que afecta a mayor cantidad de personas en la actualidad; por lo tanto, si se consumiera más cantidad de alimentos saludables, probablemente, se limitaría la ingesta de alimentos de alta densidad calórica y ricos en grasas y azúcares.
Mucha gente alega no consumir frutas y hortalizas debido a su alto costo económico. Por ello, uno de los temas tratados en la charla es la compra eficiente de alimentos. Al disminuir el consumo de alimentos caros y pocos nutritivos y eligiendo siempre frutas y hortalizas de estación, se puede hacer un buen uso de los recursos económicos, logrando una alimentación más saludable. De manera teórica se informa sobre los nutrientes que contienen las frutas y hortalizas en general y el beneficio que su consumo otorga.
Se hace hincapié en la parte práctica, es decir en buscar la forma de incluir estos alimentos a la alimentación diaria. Luego de recomendar las cinco porciones de frutas y hortalizas por día, se identifican las porciones individuales de cada una de ellas con medidas caseras.
Al ver la dificultad de muchas personas a la hora de realizar preparaciones que incluyan este tipo de alimentos, se sugieren formas de preparación simples, prácticas y que demanden poco tiempo de elaboración.
Se destaca la importancia de la inclusión de los niños en todo el proceso de la alimentación, no solo como consumidores sino desde la planificación del menú de manera conjunta con un adulto, la visita a la verdulería para seleccionar las hortalizas y frutas, la colaboración en la cocina para la preparación de la comida, entre otras. Los niños deben participar en este proceso pero no son ellos quienes pueden decidir de manera absoluta sobre lo que es bueno o no consumir.
Desarrollo de las actividades con los niños
La primera actividad realizada con los niños fue la lectura de cuentos infantiles, que difieren según la edad de los participantes. Con los niños de dos años se lee un cuento llamado “No quiero comer”, corto y muy ilustrativo. En sala de tres años se lee el cuento “Verdulín”, un poco más largo que el anterior.
Conclusiones
Los resultados obtenidos permiten ratificar que los niños, aun en su más corta infancia e incluso cuando pertenecen a hogares carenciados de la zona sur de la ciudad con mayores niveles de necesidades insatisfechas, aceptan entusiastamente las frutas como un snack apetecible y apreciado. La experiencia incluyó kakis, kiwis, frutillas y hasta arándanos con notables niveles de satisfacción.
Por Mariano Winograd y Cecilia Ansola