Profundos cambios en las dietas y en los estilos de vida han contribuido con la aparición de una epidemia de enfermedades no transmisibles a nivel mundial, siendo las Enfermedades Cardiovasculares (ECV) la principal causa de mortalidad. Se estima que por año fallecen 17,1 millones de personas por ECV, representando casi el 30% de las muertes mundiales; contra este aumento, un aliado pueden ser los fitoesteroles.
Aunque se las han considerado como afecciones del primer mundo, el 82% de las defunciones por ECV ocurren en países en vías de desarrollo. Este cambio es atribuido a modificaciones nutricionales hacia dietas con altas proporciones de grasas saturadas, azúcares y sodio, sumado a una disminución en el consumo de fibras y fitoquímicos de frutas frescas, vegetales y cereales. La OMS estima que para el año 2030, 23,6 millones de personas morirán por ECV.
La OMS lanza una iniciativa contra las enfermedades cardiovasculares https://t.co/KzOJBcNsSh pic.twitter.com/yMwCLdK6Sn
— Naciones Unidas (@ONU_es) September 22, 2016
Al considerar los factores de riesgo más importantes, se destacan las dislipidemias, la obesidad, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la inactividad física. En la mayoría de los países de Latinoamérica existe una alta prevalencia de factores de riesgo, encontrando por ejemplo en Argentina que un 44% de la población entre 40 y 60 años tiene hipercolesterolemia y un 43% en México.
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¿Qué son los fitoesteroles?
Los fitoesteroles son esteroles vegetales, cuya estructura es similar a la del colesterol. Presentan en común el anillo central de la molécula, pero difieren en su cadena lateral. Se han identificado más de 25 estructuras diferentes, pero el beta - sitosterol, el campesterol y el stigmasterol son los que más ampliamente distribuidos se encuentran, representando aproximadamente el 95% del total de fitoesteroles encontrados en la naturaleza. (Ver Figura 1).
Los fitoesteroles son compuestos naturales presentes fundamentalmente en plantas oleaginosas como el maíz, el girasol, la soja, así como también en las nueces y en los cereales.
¿Cuál es su efecto fisiológico?
Se les atribuye propiedades antiinflamatorias, antitumorales, bactericidas y antifúngicas, pero su principal acción es su efecto hipocolesterolémico, tanto a nivel del colesterol total como del colesterol LDL (colesterol malo).
Debido a la similitud fisicoquímica que tienen con el colesterol, se ha propuesto que los fitoesteroles inhiben la absorción del colesterol en el intestino, inhibiendo tanto el colesterol proveniente de la dieta como el colesterol endógeno. (Ver Figura 2). Existen dos posibles mecanismos para que esta inhibición ocurra:
- Co - precipitación:
En el lumen intestinal el colesterol, como otras grasas, son emulsionados por las sales biliares formándose las micelas mixtas. Cuando la concentración de algunas sustancias llega a un punto crítico, sustancias similares pueden precipitar.
Esto es lo que puede suceder debido a la estructura similar que poseen los fitoesteroles con el colesterol. Ambos en su forma libre son poco solubles en las micelas por lo que, a mayor cantidad de fitoesteroles, mayor precipitación del colesterol. Y el colesterol en su forma cristalina no puede ser absorbido.
- Competencia por espacio en las micelas:
Como las micelas tienen capacidad limitada para transportar el colesterol, compuestos con estructura similar como los fitoesteroles, pueden competir con el colesterol por el espacio; por lo que al aumentar la cantidad de fitoesteroles, disminuiría la cantidad de colesterol en las micelas y, como consecuencia, se absorbería una menor cantidad de colesterol.
Beneficios comprobados
El efecto beneficioso de los fitoesteroles sobre el colesterol plasmático ha sido investigado desde principios de los años `50 y, desde entonces, se han realizado una gran cantidad de estudios científicos que incluyen más de 1800 personas, con dosis de hasta 25 grs. por día y una duración de hasta tres años. En dichas investigaciones, no se han encontrado efectos adversos durante todas estas décadas de indagación.
Asimismo, se han hecho con profundidad estudios toxicológicos, los cuales demuestran que una poca cantidad de fitoesteroles son absorbidos desde el intestino y que la porción absorbida es rápidamente eliminada junto a la excreción de los ácidos biliares.
Hay investigaciones realizadas en margarinas con fitoesteroles donde se evidencia que consumiendo 20 grs. de margarina por día con un 8 - 10% de fitoesteroles, se disminuye el colesterol y la LDL en un 8 - 13%. Esto equivale al consumo de 1,6 a 2 grs. de fitoesteroles por día. Otras investigaciones comprueban que con el consumo de 2 a 2,5 grs. por día se disminuye el colesterol LDL de un 9 a un 14%, sin tener efectos sobre el HDL. Otros investigadores consideran que el consumo diario debe ser de 1 g/ día de esteroles.
En Estados Unidos, además de ser considerados “Generally regarded as Safe” (GRAS) para su utilización en productos alimenticios, la Food and Drug Adminsitration (FDA) aprobó en el año 2000 un claim de salud para aquellos alimentos adicionados con fitoesteroles. El claim determina que alimentos que aporten un total de 0,8 gr diarios divididos en dos porciones, dentro de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, pueden reducir el riesgo de enfermedades coronarias.
En Europa, EFSA ha considerado en octubre de 2010 que los fitoesteroles tienen efectos positivos sobre el mantenimiento del colesterol sanguíneo. Determinaron también un consumo de 0,8 gr de fitoesteroles diarios, en una o dos porciones, dentro de una dieta saludable.
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Fitoesteroles como agentes funcionales
A pesar de que la gente consume fitoesteroles todos los días en su dieta habitual, la cantidad no llega a ser suficiente para lograr los efectos esperados en el descenso del colesterol plasmático. Esto se debe a la modificación de los hábitos alimentarios y a la refinación de distintos productos alimenticios.
El particular efecto hipocolesterolémico observado para los fitoesteroles, ha motivado a diferentes empresas a desarrollar productos enriquecidos con estos compuestos naturales. Gracias a la investigación y el desarrollo de nuevas formas de aplicación de los fitoesteroles, se han podido incorporar en una mayor variedad de alimentos.
Hoy en día podemos encontrar en los mercados una diversidad de productos adicionados con fitoesteroles: margarinas, panes, barritas de cereal, cereales para el desayuno, quesos, yogures, leches, aderezos, chocolates y helados, entre otros.
Es así como la industria alimentaria ha introducido al mercado nuevos productos con valor agregado beneficiando las necesidades de la población, como las necesidades particulares de los consumidores que buscan productos naturales para el cuidado de su salud.
Por Vanesa Marquina