Las fibras para el control de peso son ahora más necesarias que nunca. Mientras que más de mil millones de habitantes del planeta no tienen acceso a los alimentos básicos, en el otro extremo de la balanza –nunca mejor utilizada la expresión– mil 200 millones tienen problemas de sobrepeso, 302 millones de los cuales son definidos como obesos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya considera el exceso de peso como una pandemia, y lejos de una perspectiva optimista, estima que a este ritmo, para 2015 habrá más de 700 millones de obesos y otros mil 600 millones de adultos excedidos de peso.
¿Por qué estas cifras resultan preocupantes? El incremento desmedido del peso corporal puede afectar varias de las funciones vitales y se transforma en uno de los principales factores de riesgo para contraer alguna de las llamadas “enfermedades crónicas no transmisibles”.
Estos males –entre los que se encuentran, por ejemplo, los cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer– son los responsables de aproximadamente 60% de los 56 millones de muertes anuales y 47% de la tasa de morbilidad en el mundo.
El consumo predominante de alimentos hipercalóricos –poco nutritivos, con altos contenidos de grasas, azúcares y sal–, sedentarismo y falta de actividad física son algunas de las causas de este flagelo.
Necesario el control de peso
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en América Latina el régimen alimentario se caracteriza por la falta del consumo de frutas, verduras, granos y cereales integrales y legumbres, y un aumento paralelo del consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, azúcar y sal (algunos productos de repostería, bebidas gaseosas y alimentos procesados como aderezos, mayonesas entre otros).
Según el último estudio publicado por la OPS, alrededor de 16% de los hombres y 23% de las mujeres latinoamericanos presentan obesidad.
En Argentina, de acuerdo con un estudio realizado en 2006 por profesionales del Hospital Durand, el exceso de peso presenta en la población adulta una prevalencia promedio de 58% –con 22,5% de obesidad– y un alarmante 29% de sobrepeso en la población infantil.
En Chile, según cifras del Ministerio de Salud del año 2007, 62,8% de los hombres adultos y el 62% de las mujeres adultas presentan sobrepeso y obesidad. En cuanto a los menores de edad, 20% de los niños con menos de seis años tiene exceso de peso, cifra que aumenta a 35% en el caso de los niños de primer año básico.
En Perú, 18% de la población es obesa y entre 10 y 15% de menores de seis a 17 años tiene sobrepeso. Según cifras de 2007 del Ministerio de Salud peruano, en los últimos 30 años se ha duplicado el porcentaje de jóvenes con exceso de peso
Como aliciente, vale la pena recordar que la obesidad es una situación que se puede prevenir. No obstante, una vez instalada, es difícil de tratar exitosamente.
Combate a la obesidad
Los alimentos funcionales vienen cobrando importancia tanto a nivel mundial como local. Investigadores, autoridades de salud y la industria han advertido que, además de nutrir, los alimentos pueden cumplir otras funciones muy importantes en el organismo, contribuyendo a prevenir o disminuir el riesgo de contraer ciertas enfermedades.
Para que un alimento sea considerado funcional, éste debe ser de consumo habitual, y más allá de sus propiedades nutricionales, debe ejercer un efecto benéfico sobre una o varias de las funciones del organismo. Este efecto beneficioso a la salud puede ser brindado por modificación en sus componentes, retirando aquel componente en exceso o adicionando con vitaminas, minerales, fitoesteroles, omega 3, fibras, probióticos o prebióticos, entre otros ingredientes, ayudando en todos los casos a promover la salud y el bienestar.
¿Por qué fibras?
Las fibras alimentarias –solubles y no solubles–, y los almidones resistentes son algunos de los ingredientes más elegidos para enriquecer las propiedades de un alimento que pretenda ser funcional. En el caso del control de peso, existen numerosas razones para elegir a las fibras como complemento ideal.
En primer lugar, su consumo contribuye a aumentar la sensación de saciedad, limitando la excesiva ingesta de calorías (poseen menos calorías en el mismo volumen de alimento). Como requieren de un mayor tiempo de masticación, también satisfacen las funciones mecánicas relacionadas con el comer. Ambas cuestiones son fundamentales para el control del apetito y la adhesión a una dieta que pueda llegar a ser exitosa.
Además, las fibras solubles hacen más lento el vaciamiento gástrico y aumentan su distensión. Son capaces de disminuir la absorción de grasas y azúcares de los alimentos, por lo que contribuyen a regular los niveles de colesterol y glucosa en sangre y disminuyen el aporte final de energía.
Por otro lado, su alta capacidad de absorber agua hace que las fibras aumenten el volumen de las heces y agilicen su evacuación. Por eso se las incluye en alimentos que buscan regular el tránsito intestinal y aliviar el estreñimiento.
Preparados para el consumo
Los alimentos funcionales gozan cada vez de mayor aceptación. Según estudios realizados por la Consultora de Investigación de Mercado Mintel, en agosto de 2009, 38% de los encuestados en Estados Unidos dijo consumir alimentos funcionales para la salud digestiva, 36% para perder peso y 33% para mantenerlo. Pese a la crisis que nos está afectando, este ítem no ha dejado de crecer y está siendo el más apreciado por los consumidores por ofrecer beneficios comprobables e inmediatos.
En los mercados de países latinoamericanos como Argentina, Perú y Chile, la industria alimentaria está ofreciendo ingredientes especialmente diseñados para ser adicionados a los alimentos, transformándolos en funcionales. Los compuestos de fibra dietaria pueden utilizarse incluso en néctares, en bebidas lácteas, aguas, bebidas pudiendo incluso ser absolutamente trasparentes y de sabor totalmente neutro.
“Junto con las fibras, otros nutrientes funcionales se combinan para colaborar en el control de peso. Extracto de guaraná, té verde y L-carnitina poseen propiedades termogénicas que estimulan el metabolismo, favoreciendo la eliminación de las grasas. Los esteviósidos y otros endulzantes aportan sabor sin sumar calorías”, afirma Ximena López, Directora Técnica del Grupo Granotec, y agrega: “algunos de los productos desarrollados para aguas y bebidas, por ejemplo, incluyen extracto de té verde, té rojo, calcio, estevia y fibra”.
Mantener un peso corporal adecuado es una medida muy saludable. En un mundo de extremos, donde conviven el hambre con los desórdenes alimentarios, la desnutrición con la obesidad, es fundamental aprender que no hay alimentos buenos y malos, como tampoco existe el alimento perfecto: todos los alimentos pueden tener un lugar en la dieta.
El secreto probablemente esté en compensar los desequilibrios alimentarios a los que nos expone la vida moderna, y seguir eligiendo cuando sea posible las opciones más saludables. Nuestro organismo es sabio y se autorregula, pero este sistema tiene un límite. Para el control del peso, es básico contar con la convicción en la elección de una dieta saludable, que junto al ejercicio físico periódico será la clave para tener una vida prolongada y sana.