Una investigación de científicos del Centro Médico Universitario de Utrecht destaca que los pacientes alérgicos a los guisantes verdes, altramuces, lentejas y frijoles tenían una alta co-alergia a los cacahuetes y soja.
Los pacientes alérgicos a la soja tenían una alta co-alergia a los cacahuetes.
El estudio señala que el aumento del consumo de legumbres puede incrementar el número de alergias a estos alimentos. Además, estas nuevas legumbres pueden provocar molestias alérgicas en pacientes que ya son alérgicos a ellas.
Los investigadores advierten que la investigación de seguimiento con más participantes es crucial para confirmar las co-alergias encontradas y determinar qué tan clínicamente relevante es la co-sensibilización en la práctica.
Las legumbres son una fuente de proteína atractiva y sostenible, pero las reacciones alérgicas en la población ya alérgica a las legumbres no pueden excluirse. Ya que los anticuerpos en la sangre de los pacientes alérgicos a las legumbres reaccionan con frecuencia a diferentes legumbres”, según los especialistas.
Una alergia con otro nombre
Las personas desarrollan alguna alergia cuando su sistema inmunitario confunde las proteínas de los alimentos con una amenaza y produce anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE). Los individuos sensibilizados pueden, al volver a exponerse al mismo alimento, desarrollar síntomas de una alergia.
Los pacientes que reaccionan a un alimento también pueden reaccionar a otro: se trata de una co-alergia. Las co-alergias van acompañadas de una co-sensibilización, en la que los pacientes producen anticuerpos IgE contra varios alimentos. La co-sensibilización puede deberse a la reactividad cruzada, en la que los anticuerpos IgE se unen a proteínas de varios alimentos.
La co-sensibilización puede conducir al diagnóstico de una co-alergia, aunque no siempre es así, es posible que alguien esté co-sensibilizado a un alimento, pero no experimente una reacción cuando lo come. Entonces, ¿los pacientes con alergias específicas a las legumbres reaccionan a otras legumbres?
Los investigadores reclutaron a pacientes alérgicos a las legumbres de la Clínica de Alergología del Centro Médico Universitario de Utrecht y los dividieron en seis grupos según las alergias:
- cacahuetes
- soja
- guisantes verdes
- altramuces
- lentejas
- alubias
Todos los pacientes tenían alergias validadas mediante una provocación alimentaria oral o una prueba de IgE positiva combinada con un historial de reacciones. A cada grupo se le hicieron pruebas de anticuerpos IgE contra las demás legumbres.
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Fuente de proteínas sostenibles
Las proteínas de origen vegetal ofrecen una opción más sostenible que las fuentes tradicionales de proteínas y la demanda y la oferta están aumentando. Los investigadores señalan que la alergia al maní, la soja y el lupino se encuentran entre las alergias alimentarias más frecuentes y requieren un etiquetado obligatorio.
Tanto el consumo de proteínas como la población mundial están aumentando, lo que conduce a una demanda urgente de fuentes de proteínas sostenibles. Un aumento en el consumo de legumbres puede aumentar el número de alergias a estos alimentos. Además, estas nuevas legumbres pueden causar quejas alérgicas en pacientes ya alérgicos a las legumbres, destacan los especialistas.
Agregan que, aunque la co-sensibilización no siempre conduce a una alergia alimentaria clínicamente relevante, "la introducción de nuevos alimentos en el mercado debe ir acompañada de una evaluación adecuada del riesgo de desarrollar (nuevas) alergias alimentarias.
Alergias alimentarias
Según los datos recopilados en múltiples estudios en distintos países del mundo, se puede asumir que afecta aproximadamente al 5% de los adultos y hasta el 8% de los niños, con tendencia al aumento en los últimos años.
Se puede manifestar con diversos síntomas: desde un simple picor en la boca o labios, la aparición de ronchas, una inflamación localizada, alteraciones respiratorias, digestivas e incluso cardiovasculares.
Cuando se combinan síntomas cutáneos y de otros órganos solemos encontrarnos ante la reacción más grave que se puede presentar por una alergia alimentaria, que es la anafilaxia. Finalmente, los investigadores advierten que la introducción de nuevos alimentos debe incluir una evaluación del riesgo de desarrollar hipersensibilidad.
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