La pera es una fruta muy adecuada para lograr un enriquecimiento vitamínico y favorecer una dieta sana y equilibrada. Su consumo es aconsejable para todas las etapas de la vida por sus propiedades, vitaminas, calcio y nutrientes.
Las peras son ricas en sales minerales y en vitaminas C y A. La vitamina A es necesaria para el buen funcionamiento de la vista, para el crecimiento óseo y para el mantenimiento de los tejidos. Mientras que la vitamina C sirve como antioxidante y su carencia puede derivar en la manifestación del escorbuto.
Esta fruta contiene 41 calorías por cada 100 gramos. El nivel de azúcar depende de la variedad de la pera, pero se estima que entre un 12 y un 16 por ciento. Una pieza aporta gran cantidad de carbohidratos.
La pera como fuente de vitamina C
Las peras son un alimento muy concentrado en vitamina C. Una pera contiene aproximadamente 7 miligramos de este nutrimento que equivale al 10% de la recomendación diaria de consumo.
También contienen otros fitonutrimentos y sustancias bioactivas que actúan como antioxidantes y que están asociadas al color, al sabor, a la astringencia y a la acidez de la fruta.
Todas ellas juntas, como poderosos antioxidantes, ayudan a fortalecer los tejidos, la piel, las membranas interiores y exteriores, el pelo y los huesos. Hacen a los niños más resistentes a las enfermedades infecciosas que pueden atacarlos, ya sea agudas como gripes, influenzas y enfermedades diarreicas, o de más larga evolución como las muy temidas eruptivas de la infancia.
Combinando los colores de las frutas y verduras en la dieta infantil, podrán más fácilmente alcanzar la recomendación de consumo de vitamina C pues solamente las verduras y las frutas la contienen en cantidades apreciables.
La vitamina C, conocida como la reina de los antioxidantes, además de prevenir daños oxidativos en los tejidos causados por los agentes radicales libres, es esencial para el crecimiento y la reparación celular.
Es necesaria para el metabolismo normal y para la reparación de los tejidos, para mejorar la respuesta inmunológica protegiendo contra las enfermedades infecciosas, además de que promueve la cicatrización de cortadas y golpes.
Potasio, nutrimento clave de la pera
El potasio tiene una función importante en la hidratación corporal, que se mantiene mientras su relación con el sodio sea la adecuada. Ello se logra cuando el consumo de frutas y verduras ricas en agua y potasio es suficiente.
Este tema cobra todavía mayor relevancia en los deportistas, quienes pierden estos electrolitos al sudar y deben reponerlos rápidamente. Es aquí donde la pera es una gran aliada para ellos, por su elevado contenido de:
- Agua (para la rehidratación)
- Azúcares simples (para la energía de fácil asimilación)
- Potasio (para la contracción muscular en general)
Una pera mediana (166gramos) brinda 190miligramos de potasio que puede ofrecer diversos beneficios al deportista:
- Ayuda a prevenir el agotamiento post ejercicio (dolor, fatiga, calambres, etc.)
- Aguantar sesiones intensas de entrenamiento
- Mantener los niveles normales de la hormona de crecimiento y los factores que la regulan
- Puede tener un efecto protector contra el daño muscular post ejercicio
- Auxiliar en la prevención de calambres durante y después de ejercicios intensos
La fibra de la pera y el desarrollo de la microbiota intestinal
Las peras, además de ser alimentos deliciosos, jugosos y suculentos, también son una excelente fuente de fibra soluble pues en su pulpa, su tejido interior, contienen altas concentraciones de pectinas.
Estas pectinas han sido de por sí ya vinculadas con el control del colesterol y la disminución del riego cardiovascular pero además son excelente sustrato, alimento, de las bacterias de la microbiota.
Esta fruta contiene fibra prebiótica que ayuda al desarrollo de la microbiota. Una pera mediana contiene en promedio 6 gramos de fibra, de los cuales la mayor parte son estas súper benéficas pectinas, el alimento ideal de la microbiota. Además son un importante promotor del bienestar y del cuidado de nuestras bacterias amigas.
Previene enfermedades crónicas inflamatorias del intestino y metabólicas
La fibra de las peras también puede ayudar a prevenir la absorción del colesterol, enfermedades cardiovasculares y la hipercolesteronemia (presencia de colesterol en sangre por encima de los niveles considerados normales).
Además, una dieta alta en fibra como la que se logra cuando se consumen peras y otras frutas y verduras habitualmente, ayuda a mantener un peso corporal más saludable que está asociado con la prevención del síndrome metabólico.
La combinación única de fibra y azúcares presente en las peras de diferentes variedades también es el alimento ideal para el desarrollo de las bacterias benéficas que constituyen nuestra microbiota.
Por eso, la recomendación de consumir una pera todos los días, en el marco de una dieta equilibrada y completa, es una gran estrategia de prevención de enfermedades metabólicas, enfermedades inflamatorias del tracto digestivo y de promoción del bienestar.