La pandemia del Covid-19 y sus impactos socioeconómicos afectan las dietas y los servicios de salud y nutrición de las mujeres embarazadas y la de sus hijos menores a 5 años. El embarazo, la lactancia materna y la infancia temprana son períodos de vulnerabilidad nutricional dado el aumento de las necesidades de nutrientes para satisfacer los requisitos fisiológicos, mantener el crecimiento y desarrollo fetal y proteger la salud de la madre y sus hijos pequeños.
En el contexto de la pandemia por el Covid-19, las mujeres enfrentan riesgos adicionales que afectan sus dietas, las prácticas de alimentación infantil y el acceso a los servicios de nutrición y salud, por lo que es relevante permitirles el acceso a vitaminas y minerales, de acuerdo con Luis Fernando Hernández, de FUNSALUD.
Durante el webinar “Impacto del Covid-19 en la nutrición materno-infantil en los primeros 1,000 días”, el experto declaró que México, una gran proporción de mujeres en diferentes regiones del país no pueden satisfacer sus necesidades dietéticas, lo que tiene consecuencias negativas para su propia nutrición, salud e inmunidad, así como para la nutrición, el crecimiento y el desarrollo de sus bebés.
Efectos en las cadenas productivas
Respecto a los efectos en la cadena de producción de alimentos, Juan Garza Ramos, médico veterinario zootecnista y académico, declaró que la pandemia causó un desequilibrio en los ecosistemas, y con impactos más allá de la salud de los ecosistemas.
Para el experto, el reto es aprender a trabajar en equipo para lograr los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se debe tener un enfoque que se debe construir es el de identificar las responsabilidades y la corresponsabilidad para realizar sinergias entre instituciones de los sectores público, privado y social.
“En lugar de trabajar de forma aislada, tenemos que darnos cuenta que somos interdependientes y lo que hay que impulsar es una cooperación para la que no fuimos formados y que nos exige un trabajo distinto porque los alimentos no disminuyeron en la producción”, declaró.
El académico destacó que existen diversas áreas en las que hay que sumar fuerzas para permitir el acceso a alimentos saludables para las personas más vulnerables, quienes al contar con una deficiente nutrición son más vulnerables, y en el caso de las mujeres lactantes, es necesario que sean atendidas para abordar la nutrición de los bebés.
Efectos de la alimentación en la nutrición
Humberto Astiazarán añadió que hay un impotable número de personas que padece hambre y obesidad, a lo que se suma la malnutrición y con la pandemia hay un repunte de las personas en el mundo que sufren hambruna.
Es importante garantizar la accesibilidad a todos los alimentos para garantizar la seguridad alimentaria particularmente para grupos como mujeres embarazadas, en lactancia y los niños menores a cinco años, sobre todo que estos últimos perdieron el acceso a los desayunos escolares, que es una de las principales fuentes de nutrimentos, y ahora consumen alimentos menos saludables.
El experto recordó que a través de la lactancia, la madre comparte al niño de una serie de antígenos de los alimentos, complejos inmunes que ayudan al infante a desarrollar su sistema inmunológico, por lo que las mujeres embarazadas o en lactancia son un grupo de riesgo.
Por lo tanto, con base en antecedentes al control de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las madres deben estar informadas sobre la lactancia materna, que debe mantenerse aun cuando hayan contraído el virus.
Fortalecer la accesibilidad de los alimentos a mujeres y niños
Abelardo Ávila Curiel dijo que la pandemia es una consecuencia de acciones que ha tomado la sociedad, por tanto el regreso a la normalidad se deben de cambiar los mecanismos para evitar que la humanidad tenga que enfrentar una segunda crisis sanitaria.
En este sentido dijo que la producción de alimentos es una de las principales amenazas para la seguridad alimentaria, por lo que hay que definir modelos más sustentables y amables con el medioambiente antes de caer en un abismo.
Los sectores que participan en el sistema alimentario deben ser residentes y generar la capacidad para permitir el acceso a alimentos nutritivos y amigables con el medio ambiente en su producción, su preparación y su consumo.
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