El término “comida chatarra” se utilizó por primera vez en 1972 y fue establecida por el estadounidense Michael Jacobson, director del Centro para la Ciencia en el Interés Público. Este término engloba a todos aquellos alimentos que no poseen valor nutricional, es decir, que no aportan nutrientes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona adulta activa debe consumir entre 1,500 y 2,000 calorías diarias. La comida chatarra es el grupo de todos los alimentos que contienen alto nivel de grasas, sal, condimentos, azúcares y aditivos alimentarios por lo que se han posicionado como los principales impulsores de enfermedades como la obesidad y la diabetes.
Los alimentos procesados industrialmente, las bebidas azucaradas y la comida rápida están desplazando a las dietas tradicionales más nutritivas, lo que genera efectos alarmantes en la salud. Los expertos señalan que se necesita regular el mercado para revertir esta tendencia en América Latina y en todo el mundo.
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Los efectos de la comida chatarra
Este tipo de alimentos que potencialmente nos hacen más daño que aquellos que nos nutren mejor, y la gente que acostumbra a consumirlos cotidianamente, son aquellos que no puede dejar de comerlos. Su ingesta hace que el cerebro libere una sustancia llamada dopamina, la cual genera en el organismo una sensación de bienestar, placer y saciedad.
De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Florida, ingerir cotidianamente comida rica en calorías y grasas genera una adicción similar al que causan la cocaína y heroína. Para demostrar esto hicieron un experimento con ratas, a un grupo le dieron alimentos bajos en calorías y altos en nutrientes, mientras al otro lo alimentaron con tocino, salchichas y pastel.
Para medir el grado de adicción, los investigadores ofrecieron los mismos víveres a ambos grupos, pero acompañados de una descarga eléctrica en las patas. Las ratas nutridas sanamente pronto dejaron de ingerirla, pero las del segundo grupo siguieron haciéndolo pese al dolor.
El mercado de la comida rápida
De acuerdo con datos de la consultora Grand View Research, el tamaño del mercado mundial de comida rápida se valoró en 529,500 millones de dólares en 2020 y se espera que crezca a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 4.6 % entre 2021 y 2028. El aumento del gasto de los consumidores y la creciente influencia de las aplicaciones de entrega de alimentos son los principales factores que impulsan el crecimiento del mercado.
La pandemia de Covid-19 afectó negativamente a la industria alimentaria debido al aumento de casos y al temor de contraer la infección a través de los alimentos. Las interrupciones en la cadena de suministro, junto con las restricciones laborales, afectaron la demanda de comida rápida en los primeros meses de la pandemia. Según la Asociación Nacional de Restaurantes, cerca de 7 millones de trabajadores en los Estados Unidos perdieron sus empleos en junio de 2020.
Según el producto, el mercado está segmentado en pizza/pasta, hamburguesas/sándwiches, pollo, asiático/latinoamericano, mariscos y otros. El segmento de hamburguesas/sándwiches representó la participación máxima en los ingresos de más del 42 % en 2020 debido a la alta demanda del producto. Además, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), los consumidores consumen cerca de 50 mil millones de hamburguesas por año.
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