Los alimentos ultraprocesados están basados en elaboraciones complejas que utilizan muchos ingredientes y se producen en fábricas con importantes medidas de seguridad alimentaria, lo cual podría llevar a pensar que su costo debería ser elevado.
De acuerdo con Javier Sánchez Perona, investigador del CSIC en el Instituto de la Grasa, en su libro "Los alimentos ultra procesados", señala que además del precio, el propio gesto de comprar y consumir ultraprocesados es mucho más simple: no requieren transformación, solo abrir y consumir o calentar.
“Estos alimentos ofrecen una alternativa sencilla, que no requiere previsión. Se puede conservar durante mucho tiempo en casa y no precisa habilidades culinarias”, señala Sánchez Perona.
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¿Por qué los alimentos ultraprocesados atraen al consumidor?
Los ultras procesados apelan a los instintos más primarios: “Nuestro organismo dispone de un sistema de recompensas, a través de neurotransmisores y hormonas. Cuando se produce un estímulo que debe resultarnos agradable, el cerebro libera sustancias que nos causan placer (endorfinas) o deseo (dopamina)”, dice Javier Sánchez.
A veces aparecen respuestas exageradas de recompensa ante ciertos estímulos. Es lo que el zoólogo Nikolaas Tinbergen llamó estímulos supernormales que afectan sobre todo a nuestros instintos más primarios, como la alimentación.
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Alimentos ultraprocesados: una combinación de ingredientes
Según Sánchez, “de forma general, los alimentos ultraprocesados son formulaciones elaboradas a partir de sustancias derivadas de alimentos y aditivos. La presencia de los ultraprocesados y su consumo han sido motivados por:
- Mejoras en la conservación
- Seguridad
- Características organolépticas de los productos alimenticios
Atendiendo a las cifras, “En Estados Unidos, un 57.9% de la energía diaria consumida en ese país se debe a ultra procesados. Un estudio mostró que los ciudadanos de Reino Unido, Alemania, Irlanda y Bélgica consumen casi la mitad de sus calorías diarias en forma de ultra procesados”, destaca el investigador del CSIC.
En España, “un estudio sobre la evolución del consumo de procesados de 1990 a 2010 concluye que el porcentaje de alimentos ultra procesados en todas las compras de alimentos casi se triplicó, pasando del 11% al 31,7%. Los productos ultraprocesados más adquiridos fueron los de panadería, los cereales para el desayuno, los snacks dulces, las bebidas lácteas, los panes industriales y los refrescos”, agrega el autor.