La alimentación sostenible implica tener comida en nuestra boca para evitar el hambre, pero que sea nutritiva, con una dieta saludable y asequible a las personas, además de que se respeten sus tres dimensiones: social, económica y ambiental, en un sano equilibrio.
De acuerdo con un reciente estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el costo de una dieta saludable supera el gasto medio en alimentos de los hogares de ingresos bajos y medianos en los países con un presupuesto alimentario alto y bajo en los 11 países analizados.
Los hogares de bajos ingresos que viven en zonas periurbanas y rurales están especialmente desfavorecidos. Ya que tendrían que duplicar con creces su gasto actual en alimentos para garantizar una dieta saludable.
Principales desafíos de la alimentación y nutrición
Los principales cambios en la dieta en México tienen que ver con un descenso en el consumo de tortilla, un bajo consumo de frijol y una baja prevalencia lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
Además, se observa mayor consumo de azúcar, de grasas saturadas, carnes rojas, productos procesados como bebidas azucaradas.
En el Webinar Desafíos de la alimentación y nutrición en el mundo contemporáneo, la especialista en nutrición Abril Campos, señala que los niños amamantados y no amamantados necesitan mayor apoyo para mejorar la alimentación complementaria.
Esto al referir que el 12% de la energía que estos niños tienen provienen de bebidas azucaradas y no de otros alimentos.
Destacó que otro desafío es cómo lograr un cambio a dietas saludables y que sean sostenibles. En 2018 un grupo de expertos conformaron el grupo EAT-Lancet y se dieron a la tarea de evaluar y presentar con evidencia científica una alimentación saludable y sostenible.
Es decir, qué deberíamos comer para garantizar nuestra salud y la salud del planeta. El sistema alimentario debe operar dentro de los límites para la salud humana y la producción de alimentos.
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La obesidad, un desafío importante
Abril Campos destacó que uno de los principales beneficios para tener una alimentación saludable y sostenible es la malnutrición. Concepto que es considerado un problema de desigualdad social.
La especialista destaca un estudio que indica que la prevalencia de la obesidad va al alza principalmente en niveles socioeconómicos altos. “Un estudio del investigador Reyes Sánchez y colegas, destaca que la obesidad incrementará más en niveles socioeconómicos bajos y para 2040 llegará a un 40%”.
Ahí es cuando los entornos alimentarios son cruciales, la asequibilidad, la conveniencia de los alimentos son factores clave para mejorar las decisiones alimentarias de las familias.
“Esto nos apunta a tener una visión sistémica para resolver el problema, una visión de sistemas alimentarios que es una línea
de investigación que queremos profundizar más” concluye Campos.