El gobierno del Reino Unido creará el primer "regulatory sandbox" o espacio controlado para evaluar la seguridad de la carne cultivada para el consumo humano, ya que es un alimento desarrollado a partir de nuevas tecnologías que demanda de supervisión.
El objetivo, se destacó en un comunicado, es mejorar el conocimiento científico de la Agencia de Normas Alimentarias (FSA, por sus siglas en inglés) sobre este tipo de alimentos.
Esta iniciativa contará con un financiamiento de 1.6 millones de libras esterlinas (aproximadamente 1.9 millones de euros), según lo anunciado por el Departamento de Ciencia, Innovación y Tecnología (DSIT).
Los recursos serán canalizados a la FSA y Food Standards Scotland (FSS), quienes realizarán una evaluación rigurosa de la seguridad de cualquier producto cárnico cultivado antes de que pueda venderse en el Reino Unido.
El "regulatory sandbox" permitirá a las autoridades británicas evaluar y probar de manera controlada los productos de carne cultivada. Usando la ciencia y la tecnología, las células de plantas o animales se cultivan en un entorno controlado para hacer un producto alimenticio.
Para ello, se contratará nuevo personal encargado de brindar apoyo a las empresas que deseen solicitar la autorización para comercializar carne cultivada en el Reino Unido.
Además, trabajarán con los científicos para desarrollar directrices sobre temas como las normas de higiene para las instalaciones de producción y los requisitos de etiquetado para los productos de carne cultivada.
“El programa sandbox nos permitirá reclutar un nuevo equipo para trabajar en la FSA y el FSS que reunirán pruebas científicas rigurosas y la tecnología utilizada para hacer la carne cultivada”, expuso en un comunicado.
Seguridad alimentaria
Esta información también permitirá hacer recomendaciones científicas basadas en evidencias debidamente documentada sobre la seguridad de los productos y atender las dudas sobre estos nuevos alimentos antes de que se coloquen en el mercado.
Otra de las ventajas es que permitirá orientar mejor a las empresas sobre cómo fabricar productos de forma segura y cómo demostrarlo.
“Garantizar que los consumidores puedan confiar en la seguridad de los nuevos alimentos es una de nuestras responsabilidades más importantes”, dijo Robin May, asesor científico y jefe de la FSA.
Es por ello que el presente programa permitirá la innovación segura y seguir con el ritmo de las nuevas tecnologías que utiliza la industria alimentaria para, en última instancia, proporcionar a los consumidores una selección más amplia de alimentos seguros.
"Este anuncio envía un mensaje claro de que el nuevo gobierno quiere capitalizar las fuertes inversiones realizadas en la investigación e innovación de carne cultivada británica en los últimos años, al llevar los productos al mercado de manera que mantenga las regulaciones de seguridad estándar”, dijo Linus Pardoe, Gerente Senior de Políticas del Reino Unido en el Good Food Institute Europe.
El Reino Unido es uno de los mayores mercados potenciales para el consumo de carne cultivada en Europa, aunque actualmente no hay ningún producto de este tipo aprobado para el consumo humano en la región.
Esto se debe a que este alimento es relativamente nuevo, complejo y diferente a todo lo disponible, particularmente, en el Reino Unido.
Por ello, Robin May destacó la necesidad de seguir aprendiendo más sobre estos productos y cómo están hechos, para asegurar de que sean seguros para su consumo.
Primero en su tipo
El "regulatory sandbox" de la FSA será la primera de su tipo en Europa y sigue la decisión de Corea del Sur de crear una zona de innovación regulatoria para apoyar el desarrollo de nuevas regulaciones alimentarias y la ampliación de los procesos de producción de carne cultivada.
Un "regulatory sandbox" (o "entorno regulador experimental" en español) es un concepto utilizado por gobiernos y reguladores para permitir que empresas, especialmente en sectores innovadores como la tecnología, la biotecnología o la alimentación, prueben nuevos productos o servicios en un entorno controlado y supervisado, señalan especialistas.
El objetivo es fomentar la innovación y, al mismo tiempo, garantizar la seguridad y el cumplimiento de las normas.
Según un artículo de BBVA, dado que todo nuevo producto o tecnología conlleva un grado de incertidumbre o riesgo se puede frenar su desarrollo. Para mitigarlos y fomentar la experimentación, nace el 'sandbox' regulatorio.
"Es un marco concreto que proporciona un contexto estructurado para la experimentación permitiendo ensayar en situaciones reales, tecnologías, productos, servicios o enfoques innovadores durante un periodo y sector delimitado", expuso la institución financiera citando al Ministerio de Ciencia de España.
En el caso de la carne cultivada, el “regulatory sandbox" permitiría a las empresas probar sus productos en condiciones controladas, asegurando que se cumplen los estándares de seguridad alimentaria, sin necesidad de cumplir con todas las normas de manera rígida desde el principio.
Si las pruebas son satisfactorias, el producto puede ser aprobado para su comercialización a gran escala.
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