La necesidad de contar con productos que sean más respetuosos con el medio ambiente, así como con los animales, se está convirtiendo en una tendencia a nivel mundial. Cada vez más empresas están apostando por el uso de productos biodegradables como una estrategia para reducir su huella ambiental.
Los productos biodegradables son aquellos que tienen la capacidad de descomponerse de manera natural en poco tiempo. Si bien todos los organismos se pueden desintegrar por sí mismos, algunos tardan unas semanas y otros demoran siglos en el proceso.
Los beneficios que aporta consumir productos desechables biodegradables son variados y entre ellos destacan:
- Estos productos se realizan con materiales naturales, lo que supone un menor índice de alergias a los usuarios
- No producen impacto en el medio ambiente, en especial el llamado impacto paisajístico. Esto se debe a que, al descomponerse más rápido, no se quedan atascados en los mares, bosques, playas u otros tipos de paisajes por mucho tiempo
- No saturan los vertederos de agua, lo que resulta beneficioso tanto para humanos como para el medio ambiente
- No contaminan el agua ni el suelo debido a que no emanan residuos tóxicos
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Certificaciones para los productos biodegradables
De acuerdo con los expertos, la utilidad de un producto se determina en entorno a su biodegradación ideal. En ese sentido, Bélgica implementó una ley que establece que los envases o embalajes pueden no ser presentados como biodegradables.
Esta premisa fue apoyada por TUV Austria, organismo de certificación autorizado por European Bioplastics que puede otorgar el logotipo de Seedling a los productos que cumplen con la norma EN 13432.
De momento, esta legislación solo está vigente en dicho país y será capaz de especificar el entorno de biodegradación adecuado para sus productos gracias a sus marcas de verificación. Y con el fin de evitar cualquier comunicación engañosa, el Comité de Certificación analizará cada solicitud para verificar si la certificación de este producto es aceptable.
La norma EN13432
La norma EN13432, que lleva por título: “Requisitos de los envases y embalajes valorizables mediante compostaje y biodegradación. Programa de ensayo y criterios de evaluación para la aceptación final del envase o embalaje”, fue establecida por el Comité europeo de normalización para sentar las características que deberá tener un material para que pueda ser definido como biodegradable o compostable.
Con la implementación de esta normativa, las autoridades buscan establecer y definir conceptos cada vez más difundidos, pero no tan claros para los consumidores como biodegradación, compostabilidad, materiales biodegradables y compostables.
De acuerdo con la norma, un material para que pueda ser definido como compostable debe poseer las características siguientes:
- Degradarse como mínimo del 90% en 6 meses, si es sometido a un ambiente rico de dióxido de carbono. Estos valores deben probarse con el método estándar EN 14046 (que también recibe el nombre de ISO 14855)
- En contacto con materiales orgánicos, al cabo de 3 meses la masa del material debe estar constituida como mínimo por el 90% de fragmentos de dimensiones inferiores a 2mm. Estos valores deben probarse con el método estándar EN 14045
- El material no debe tener efectos negativos sobre el proceso de compostaje
- Baja concentración de metales pesados incorporados en el material
- Valores de pH dentro de los límites establecidos
- Contenido salino dentro de los límites establecidos
- Concentración de sólidos volátiles dentro de los límites establecidos
- Concentración de nitrógeno, fosforo, magnesio y potasio dentro de los límites establecidos
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