La Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, conocida como etiquetado frontal, está a menos de tres meses de entrar en vigor y su implementación significará desafíos para las empresas de la industria de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas.
Las autoridades de salud consideran que con esta normativa se hará más clara la información nutrimental para los consumidores, pues consideran que la mayoría de la población no entiende los valores nutrimentales expresados en las etiquetas de los productos.
Al respecto, Beatriz Bautista, gerente de Desarrollo de Negocios en SGS México, considera que las empresas que ofrecen productos con sellos de advertencia se verán alentadas a rediseñar y reformular sus productos, para poder ofrecer opciones que favorezcan la compra.
“Las empresas deberán implementar las modificaciones de la NOM 051 para lo cual deberán realizar pruebas de laboratorio para el cálculo de energía y nutrimentos, evaluación de la conformidad de la información comercial y sanitaria a través de la Unidad de Verificación Acreditada, de esta evaluación se otorga una constancia de conformidad o un dictamen de cumplimiento, ambos documentos fungen como un certificado que avala el cumplimiento de la información y que es reconocido por cualquier autoridad sanitaria o comercial del país”, explica la gerente de Desarrollo de Negocios en SGS México.
Beatriz Bautista considera que el etiquetado frontal tendrá un gran impacto sobre la publicidad de productos alimenticios, puesto que ahora los personajes que por mucho tiempo estuvieron presentes en la publicidad pueden llegar a desaparecer si es que dichos alimentos rebasan los niveles referentes a contenido de sodio, grasas saturadas y trans, azucares y caloría.
“La modificación a la imagen de las cajas de algunos productos comercializados dirigidos al sector infantil puede afectar el consumo ya que estas imágenes son muy reconocidas por los consumidores de ese sector”, indica Bautista.
Esta norma fue creada en 1994 y desde entonces ha tenido diversas modificaciones para ajustarse a las necesidades de información comercial y sanitaria que debe ser proporcionada al consumidor para decidir que pueda alimentos y bebidas no alcohólicas adquirir.