La Ley de Producción Orgánica (LPO) establece la vigilancia del cumplimiento de los lineamientos en cuanto a la crianza de los pollos y gallinas y la operación orgánica de las actividades agropecuarias.
Esta serie de lineamientos es realizada por organismos de certificación independientes, acreditados internacionalmente y aprobados nacionalmente por la Secretaría de Agricultura (SADER) y la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA).
Esta vigilancia se hace cada año en: el campo, la granja, la planta de alimentos, el rastro, el centro de acopio y empaque de huevo, las plantas de proceso y almacenes congelados, es decir, toda la cadena de suministro o valor.
Lineamientos para el desarrollo de pollos y gallinas orgánicas
De acuerdo con los lineamientos para la operación orgánica de las actividades agropecuarias (LOOAA) La producción animal orgánica considera los siguientes principios generales:
- La relación tierra animal-hombre, donde el operador mediante el manejo de una adecuada densidad animal permitirá que las excretas puedan nutrir el suelo que producirá el forraje para los animales, disminuyendo la contaminación y el uso de insumos externos como fertilizante, siendo estos abonos composteados para producción de granos y pastizales o para otras actividades en la finca o granja.
- El bienestar animal, ya que existe una relación crítica con su salud. El éxito para mantener la salud del animal es la prevención de enfermedades, a través de la alimentación de calidad, adecuadas instalaciones, buen manejo sanitario y la disminución del estrés, para reducir la necesidad del uso de tratamientos veterinarios de síntesis química y favorecer la producción orgánica.
- Una adecuada densidad animal en alojamientos. La cual permite que el animal disminuya el estrés, expresando libremente los hábitos que lo caracterizan como echarse, dar vueltas, extender las alas, caminar, rascar, picotear el suelo, etc.
Por otro lado, existe la certificación de bienestar animal, que busca el confort, trato ético y digno de los animales, además de exigir condiciones de bienestar para que puedan expresar su comportamiento natural, como estar en área al aires libre, tener baños de sol y tierra, pernoctar en perchas, comer alimento saludable y agua limpia, nidos y cama confortable, así como resguardo de las inclemencias del tiempo, entre otros muchos cuidados. Todo esto lo certifica la Certified Humane Raised and Handled.
Finalmente, el certificado de Buenas Prácticas Pecuarias, que otorga la Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) tiene como objetivo asegurar que los alimentos no representen un peligro para la salud del consumidor, es decir la inocuidad, e incorporan consideraciones relacionadas con el cuidado del medio ambiente, la seguridad laboral y la sanidad y el bienestar animal.
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