La carne cultivada en laboratorio se produce utilizando células madre extraídas de un animal y luego cultivadas en un gran ‘biorreactor’ de acero. Las células luego se mueven a un gel acuoso donde se multiplican para construir un tejido fibroso.
La innovación que implica la carne cultivada demanda un adecuado encaje legal en la Unión Europea. Las dudas o inquietudes se centran en cómo se regulará esta actividad o sector.
Sin embargo, el camino legal para su introducción en el mercado de la Unión Europea es una realidad de acuerdo con la regulación aplicable a los nuevos alimentos.
Las disposiciones a considerar para introducir la carne cultivada en el mercado de la Unión Europea son:
- Responsabilidad de los operadores
- Trazabilidad
- Información al consumidor
En ese sentido, la Comisión Europea considera que la aproximación más adecuada deriva de la regulación sobre nuevos alimentos (Reglamento 2283/2015). Ya que ajusta en la definición establecida en el artículo 3 para el supuesto de los alimentos constituidos, aislados o producidos a partir de cultivos celulares.
Este punto de vista es compartido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Pues considera que las fuentes alternativas de proteínas como estas han de ir por la vía de los nuevos alimentos.
El cumplimiento de requisitos legales para la carne cultivada
Para José María Ferrer, responsable del Departamento de Derecho Alimentario de AINIA, el camino más adecuado para tratar la futura puesta en el mercado de la UE de la carne cultivada es el de su aprobación como nuevo alimento por parte de la Comisión Europea. Aunque también se debe valorar el cumplimiento de otros requisitos legales en el ámbito alimentario”.
Cuando estos alimentos salgan al mercado tendrán que respetar las exigencias derivadas de la regulación sobre la información al consumidor. Es decir, lo que en estos momentos regula el Reglamento (UE) no 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor.
Ferrer hizo énfasis en la necesidad de estudiar la preparación de la solicitud de nuevo alimento para la carne cultivada. Además, dijo que “es necesario trabajar en un proyecto de actividad agroalimentaria con los condicionantes legislativos generales que es necesario respetar por parte de cualquier operador alimentario”.
Todo el proceso puede tener lugar en un espacio del tamaño de un restaurante y no requiere la cría intensiva de animales en grandes superficies de tierra o el sacrificio de animales que eructan metano.
La reciente aprobación de Singapur indica que la tecnología puede ser comercialmente viable, después de mucho tiempo de ser descartada como demasiado cara.
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