Recientemente, la Unión Europea finalizó un proyecto de ley sobre nuevas normas para prohibir el greenwashing, práctica que promueve la publicidad engañosa y ofrece a los consumidores una mejor información sobre los productos.
El acuerdo actualiza la actual lista comunitaria de prácticas comerciales prohibidas y añade a ella varios hábitos de comercialización problemáticos relacionados con el greenwashing y la obsolescencia prematura de los productos.
El objetivo de las nuevas normas es proteger a los consumidores de las prácticas engañosas y ayudarles a tomar mejores decisiones de compra.
La nueva propuesta está diseñada para ayudar a los consumidores a detectar el greenwashing. Una encuesta realizada en 2021 en cuatro países de la UE reveló que el 53 % de los consumidores no puede identificar las afirmaciones de lavado ecológico en los envases de los productos.
Por su parte, un estudio realizado por la Comisión de la UE, encontró que el 53.3% de las afirmaciones ambientales hechas por las empresas eran vagas, engañosas o infundadas. Mientras que el 40% completamente infundadas.
¿Qué es el greenwashing?
Este término se define como la estrategia publicitaria utilizada por determinadas compañías para presentarse, a ellas y a sus productos, como entidades respetuosas con el medio ambiente, sin serlo.
El objetivo principal de las mismas es esconder sus prácticas reales (más nocivas con la naturaleza). Y también aprovechar el impulso que tiene todo lo catalogado como ‘verde’, tanto a nivel empresarial como de marca.
En cualquier caso, esta práctica es grave y las empresas deberían evitarlo y prevenirlo. Algunos tipos de greenwashing que existen son:
Información falsa. Las afirmaciones ambientales falsas es el ejemplo más común. Este caso sucede no solamente por falta de información, sino también por falta de regulación, lo cual hace muy difícil combatir este tipo de greenwashing.
Falta de pruebas. Hay productos que anuncian componentes o contenidos de una cierta calidad o características sin ofrecer datos de cómo se estima esto. También se da el uso de etiquetas que buscan confundir al consumidor al afirmar que algo es verde o natural, cuando esto puede significar muchas cosas.
Irrelevante. Algunas afirmaciones ambientales pueden ser ciertas pero irrelevantes o incluso inútiles para los consumidores que buscan productos ambientalmente responsables o que tienen otras preferencias de consumo saludable.
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¿Qué prohíbe esta nueva normativa?
La nueva directiva de la UE tiene una lista de términos que las empresas ya no pueden usar en las etiquetas de los productos. Quizás el más llamativo sea "neutro en carbono", un término muy utilizado en todas las industrias.
Una encuesta realizada a 2 mil personas destaca que, si bien el 40% de los consumidores confía en la interpretación de las etiquetas "neutras en carbono", la mayoría aún no sabe lo que significa el término.
Los términos acordados por el Parlamento Europeo y el Consejo de prohibición incluyen:
- Neutro en carbono
- Climáticamente neutro
- Ecológico
- Eco
- Verde
- Natural
- Biodegradable
- Respetuoso con el carbono
- Carbono positivo
- Eficiencia energética
- De base biológica
- Biodegradable
- Amigable con la naturaleza
- Ambientalmente correcto
- Respetuoso con el medio ambiente
- Declaraciones más amplias que incluyen las palabras "consciente" y "receptivo"
Si bien esta no es una lista exhaustiva, la idea es prohibir las declaraciones ambientales genéricas. A menos que las empresas puedan proporcionar pruebas de excelente desempeño ambiental que puedan ser relevantes para la declaración que hagan, lo que podría incluir el cumplimiento de las regulaciones oficiales de la UE o los esquemas de etiquetado ecológico reconocidos.
La entrada en vigor la prohibición del greenwashing en la UE
Para convertirse en ley, la propuesta deberá obtener la aprobación final del Parlamento y el Consejo de la UE, que se espera para noviembre. Aunque teóricamente, es posible que esto se niegue, va en contra de los precedentes y procesalmente no hay posibilidad que se rechacen tales votos.
Si se aprueba la directiva, los Estados miembros de la UE tendrán 24 meses para implementar cambios e incorporar las nuevas normas a su legislación. Esto significa que, si se da luz verde, muchas formas de lavado verde estarán efectivamente prohibidas en la UE para 2026.
La votación de la UE sobre esta directiva significa un avance; sin embargo, el avance en dos leyes relacionadas que también abordan las declaraciones de productos relacionadas con el clima y empoderan a los ciudadanos se encuentra estancado. Se trata de la Directiva de Declaraciones Ecológicas y el Marco de Certificación de Eliminación de Carbono, ambos introducidos a principios de este año.
Por último, las nuevas reglas están poniendo algo de orden en el caos de las reclamaciones ecológicas. Las empresas tendrán que explicar por qué un producto es respetuoso con el medio ambiente. Lo cual es crucial si se quiere guiar a los consumidores a tomar decisiones de consumo más sostenibles.