En España se publicó el Dictamen del Comité Económico y Social Europeo “Hacia un marco de etiquetado de alimentos sostenibles que permita a los consumidores optar por alimentos sostenibles”.
El objetivo de establecer un marco jurídico para definir lo que se ha de entender como un sistema alimentario sostenible, tiene que ver con las disposiciones legislativas para regular el etiquetado sostenible de alimentos.
Por esta razón se buscará que la información que se transmita al consumidor tenga una base científica, sea sencilla y comprensible, para que pueda proporcionar a los consumidores información de utilidad para realizar una compra adecuadamente informada y sostenible.
La transmisión de información clara y comprensible debe también alinearse con un enfoque integral y por otra parte, que sea voluntaria, convirtiéndose en obligatorias las condiciones en el que caso de que el operador quiera incorporarla a su etiquetado. No menos importante, el empleo de forma genérica del término “sostenible” ha de limitarse y en su caso siempre tendrá que asociarse con un enfoque de evaluación integral.
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Medidas de la UE en materia de etiquetado sostenible
La estrategia “De la granja a la mesa”, publicada en mayo de 2020, señala que la Comisión Europea “presentará una propuesta legislativa de marco para un sistema alimentario sostenible antes de finales de 2023”.
El objetivo de este marco es “acelerar y facilitar la transición y garantizar que todos los alimentos comercializados en la UE sean cada vez más sostenibles”. Como parte de este marco, la Comisión pretende “crear un marco de etiquetado sostenible que cubra, en sinergia con otras iniciativas pertinentes, los aspectos nutricionales, climáticos, medioambientales y sociales de los productos alimentarios”.
Esta etiqueta de sostenibilidad, o al menos sus principios, también está prevista para 2023, y está dirigida por la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea (DG SANTE).
Además, la Comisión Europea trabaja en una próxima propuesta legislativa para ayudar a justificar las alegaciones ecológicas y evitar el lavado verde. Se estima que en las próximas semanas se revele la propuesta de “Reglamento sobre la justificación de las alegaciones ecológicas”.
El cual se basa en la metodología de la huella ambiental de los productos (HAP o PEF, en inglés), bajo la dirección de la Dirección General de Medio Ambiente (DG ENV) de la Comisión.
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¿Qué pasará en el futuro con la regulación para el etiquetado sostenible?
El propósito es lograr un sistema que informe sobre la sostenibilidad de los productos alimenticios, pero no desde el punto de vista de una clasificación o calificación de los alimentos como sostenibles o no, se trata de dar herramientas que apoyen la evolución hacia un sistema alimentario más sostenible.
El sistema que permitirá valorar la sostenibilidad de los alimentos se enfocará en la aplicación de distintas metodologías o sistemas que permitan calcular qué tan sostenibles son o no los alimentos. Y por ello trasladar la información al consumidor a través el etiquetado desde una metodología clara, rigurosa, objetiva y con fundamento científico.
Finalmente, se debe indicar que este planteamiento es similar al manejado con el etiquetado nutricional, pues antes de 2016 el etiquetado nutricional era voluntario y sólo quienes querían incorporarlo debían seguir las pautas establecidas en la legislación vigente.
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