La Norma Oficial Mexicana 051 constituye un sistema de etiquetado frontal de alimentos radicalmente distinto al que se tenía con las Guías Diarias de Alimentación (GDA), que tomó como base el etiquetado chileno, pero reforzándolo:
- Con más octágonos
- Sellos agresivos pues se habla de “exceso en”
- Dos leyendas precautorias más agresivas
En entrevista exclusiva para The Food Tech, Jonás Murillo, Director General de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (CANAINCA), nos explicó que se trata de una norma transversal que afecta a todos los alimentos envasados de larga o corta vida de anaquel.
“La NOM 051 afecta incluso más que al resto al segmento de conservas alimenticias por la rotación, pues estos productos tienen una vida de entre 2 a 4 años”, afirma el directivo.
“El objetivo final de la industria de alimentos es que independientemente de los tiempos y lugares de cosecha, el consumidor pueda contar con el alimento en cualquier lugar, y para ello existen productos que están hechos con antelación”, añade.
De acuerdo con Murillo, la modificación a la norma generó tiempos cortos de abastecimiento, pues hasta que no se tuviera la fecha de publicación de la norma, no se podía empezar a rediseñar etiquetas y a imprimirlas, entendiendo que una etiqueta puede ser:
- Papel pegado a un empaque
- Vidrio grabado
- Sticker impreso
- Lata serigrafiada
“La complicación es muy amplia para las conservas alimenticias, pues éstas se producen dentro del propio empaque, por lo cual reetiquetar no funciona”, explica.
¿Cuáles son los retos de las Pymes mexicanas frente al etiquetado frontal de alimentos?
Murillo señala que en el contexto del etiquetado frontal, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) se enfrentaron a diversos desafíos:
- Las cadenas comerciales necesitaban la entrega de productos con 3 o 4 meses de anticipación para tener sus anaqueles surtidos y cumplir con la norma.
- La pandemia mundial por Covid-19 no ocasionó que la industria de alimentos parara su producción, pero si lo tuvieron que hacer los proveedores.
- El cierre de oficinas y el paso al home office, retrasó los procesos sobre rediseño y reetiquedado.
- Incremento en la solicitud de etiquetas previo a la entrada en vigor de la norma, pero debido a que no se tenía aún aprobada la norma, ni los diseños ejecutados, hubo un trabajo inmenso con costos desmedidos para reetiquetar. Sin embargo, se logró que al menos 90% de los productos se reetiquetaran con stickers.
- Se presenta una compra masiva de alimentos, por lo que la demanda y las provisiones se modifican.
- Las empresas empiezan a prepararse para la segunda fase con toda la etiqueta elaborada, pues en ésta ya no se pueden usar stickers.
“Esta es la situación en la que se encuentra la industria de conservas alimenticias, con una sobreproducción de etiquetas con stickers y sin rotación de productos”, indica el directivo.
¿Cómo cumplir con las fases del etiquetado frontal de alimentos?
“Una alternativa que se ha planteado a la autoridad es un sistema de convivencia con plazos establecidos para el cumplimiento de la norma, es decir, una convivencia del etiquetado anterior con el nuevo”, apunta Murillo.
“La solicitud es que a partir de la entrada en vigor de la ley, toda la producción nueva debe tener el nuevo etiquetado frontal de alimentos, pero lo que se haya producido antes debe cumplir la normatividad con la que se hizo, entonces se trata de una convivencia entre las dos normas”, explica.
“De esta manera se puede evitar destruir miles de toneladas de alimentos en un país con más de 30 millones de pobres, en medio de una pandemia, con una crisis económica y desastre social”, acota.
“El desperdicio de alimentos es un problema grave a nivel mundial, además de la carencia de grupos de población vulnerable de mejores alimentos, de nutrimentos, con problemas de sobrepeso y obesidad”, agrega.
“Las empresas que componen a la CANAINCA están atravesando por pérdidas de material y de alimentos. No tenemos una cifra exacta de cuánto les está costando a las Pymes el desecho de sus alimentos y etiquetas, pero se calcula en miles de millones de pesos”, declara el directivo.
Por ello es importante:
- Tener mesas de diálogo con las autoridades para ver cómo mantener una convivencia para desplazar el producto y no tener que tirar el alimento.
- Evaluar la manera de reformular sin perder la esencia del producto.
- Invertir en educación nutricional.
- El problema del sobrepeso y obesidad es multifactorial y no está ligado única y exclusivamente a un tipo de alimentación.
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¿Cómo va la industria de conservas alimenticias?
“Esta industria venía con unos crecimientos medios de alrededor del 5% en la última década. El año 2020 fue uno que movió todo el consumo e incrementó la demanda por tiempos prolongados. Para este año consideramos que se va a mantener el crecimiento en alrededor de un 5%”, dice el director de CANAINCA.
Murillo indica que hay categorías que se modificaron y que cayeron radicalmente:
- Las del lounch (como las leches saborizadas).
- Los productos por tamaños o formas de preparación destinados para consumo directo (como ensaladas).
“Asimismo, juegos y bebidas se vieron y se han visto afectados, así como todas las bebidas isotónicas, debido a que disminuyó la movilidad y bajaron los niveles de actividad física”, subraya.
“Las empresas pequeñas y medianas que conforman a la industria de conservas están comprometidos con la NOM 051, pero creen que debe haber consideración en su aplicación con entendimiento por parte de todos los actores”, puntualiza.
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