¿Cuál es el rol del asesoramiento científico y de los observadores en el Codex Alimentarius?

El Codex Alimentarius es un referente en la elaboración de normas alimentarias a nivel mundial que buscan proteger la salud del consumidor y garantizar prácticas equitativas en el comercio de alimentos. 

Lo anterior es una contribución relevante porque las enfermedades transmitidas por los alimentos son un riesgo real que siguen causando enfermedades y muertes en el mundo, las cuales pueden ser evitables y prevenibles.

También tiene como fin garantizar prácticas equitativas en el comercio de alimentos en los países para que las distintas medidas que establezcan se basen en información científica disponible y en normas de gestión.

Dentro de este marco, el Comité del Codex sobre Aditivos Alimentarios (CCFA) y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) tienen un importante rol en la evaluación y gestión de riesgos relacionados con aditivos y contaminantes en los alimentos. 

El Codex Alimentarius es tanto un proceso como un resultado, explicó Diego Varela, vicepresidente del Codex Alimentarius. 

Durante su participación en el webinar “El asesoramiento científico y los observadores en el Codex Alimentarius, el caso de la JECFA y el CCFA, puntualizó que es un proceso compuesto por la Comisión del Codex Alimentarius, sus 189 estados miembros más la Unión Europea, y los observadores, quienes participan activamente en la elaboración de normas. 

Por otro lado, es un resultado que se materializa en la publicación de normas, directrices y códigos de prácticas, las cuales son ampliamente utilizados a nivel internacional para asegurar la inocuidad alimentaria y facilitar el comercio justo.

La función del Comité del Codex sobre CCFA

El CCFA, organizado por China, tiene como mandato principal establecer o ratificar niveles máximos para aditivos alimentarios y trabajar en la lista de aditivos que deben ser evaluados por la JECFA.

Además, el CCFA se encarga de asignar categorías funcionales a los distintos tipos de aditivos, establecer especificaciones de identidad y pureza, y examinar métodos de análisis para detectar aditivos en los alimentos.

También trabaja en conjunto con otros comités del Codex, como el Comité de Métodos de Análisis y el Comité de Etiquetado, para asegurar que los aditivos sean utilizados de manera segura y transparente.

La norma principal de este comité es la "Norma General para Aditivos Alimentarios", conocida como Codex STAN 192, que establece principios generales para la inclusión de aditivos en los alimentos.

Esta norma asegura que los aditivos no representen un riesgo para la salud y que su uso sea justificado si ofrece ventajas sin inducir a error al consumidor.

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El rol de la ciencia en la elaboración de normas

La ciencia es la base sobre la cual se construyen las normas del Codex Alimentarius. El proceso de análisis de riesgos se divide en tres etapas:

1. Evaluación de riesgos: Es la parte más científica del proceso y se compone de cuatro etapas: identificación del peligro, caracterización del peligro, estimación de la exposición y evaluación del riesgo para la población.
2. Gestión de riesgos: Es un proceso que debe equilibrar la protección de la salud del consumidor con la promoción de prácticas equitativas en el comercio. Esto es fundamental para asegurar que las medidas no sean tan restrictivas y permitan el comercio fluido de alimentos entre países. 
3. Comunicación de riesgos: Debe existir entre los gestores y los evaluadores dadas las medidas que se toman de gestión de riesgo; también se debe tener comunicación con la población, con la academia, con el sector productivo, con otros países y organismos del Estado para explicar las razones por las cuales se está tomando una decisión.

Diego Varela recalcó que las normas del Codex están basadas en ciencia, no son un copypaste, pues no hace evaluación de riesgo, más bien, solicita evaluación de riesgo a organismos fuera de su estructura.

Evaluación de riesgos desde el JECFA

La JECFA es el comité mixto FAO/OMS de expertos en aditivos alimentarios, establecido en 1956. Su misión es realizar evaluaciones de riesgos para aditivos alimentarios, contaminantes y residuos de medicamentos veterinarios.

Estas evaluaciones sirven de base para las normas del Codex, pero también para los reglamentos nacionales e internacionales de inocuidad alimentaria.

La JECFA se compone de científicos invitados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes son seleccionados por sus credenciales científicas.

Este comité realiza sus reuniones de forma privada y sin la presencia de observadores o patrocinadores, lo que garantiza la integridad científica de sus evaluaciones.

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Observadores en el Codex Alimentarius

Los observadores en el Codex desempeñan un rol crucial al proporcionar información, asesoramiento y asistencia que complemente el trabajo de los comités técnicos.

Estos observadores representan a varios sectores, incluyendo la academia, el sector privado y organizaciones no gubernamentales.

Diego Varela abundó durante su ponencia que esta participación asegura que las normas del Codex sean inclusivas y reflejen un equilibrio entre los intereses intersectoriales.

Los observadores participan en las reuniones del Codex con derecho a voz, enviar opiniones por escrito y presentar declaraciones sobre los temas en discusión.

Además, están obligados a cooperar con la Comisión del Codex para evitar la duplicidad de trabajos y contribuir al conocimiento y comprensión del Codex a nivel global.

El Codex Alimentarius es un esfuerzo colaborativo que depende de la ciencia y la participación activa de los observadores para cumplir con su misión de proteger la salud del consumidor y promover prácticas justas en el comercio de alimentos.

El CCFA y la JECFA son pilares en este proceso, asegurando que las normas alimentarias se basen en la mejor evidencia científica disponible y que se adapten a las necesidades de un mundo en constante cambio.

A través de la colaboración y la transparencia, el Codex sigue siendo una herramienta para mejorar la inocuidad alimentaria y facilitar el comercio global de alimentos.

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