Las plagas en la industria alimentaria no son sólo una molestia, son vectores de enfermedades y pueden provocar serias pérdidas económicas y de imagen empresarial, por ello es imprescindible crear un efectivo Manejo Integrado de Plagas.
El Manejo Integrado de Plagas (MIP, por sus siglas en inglés) es definido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como la cuidadosa consideración de todas las técnicas de control disponibles y la subsecuente integración de medidas apropiadas que desalienten el desarrollo de poblaciones de plagas.
Las plagas presentan una capacidad alta de dispersión de virus y bacterias, las cuales van dejando al tener contacto sobre las superficies en las que se preparan alimentos y bebidas o sobre de las que los resguardan.
Sin embargo, es importante señalar que no solo hay riesgo en las superficies con las que tienen contacto, las heces y su orina también son capaces de propagar enfermedades, así como de causar problemas respiratorios al secarse y entrar en contacto con el aire.
Cada instalación es diferente y muestra en sus particularidades el reto para su manejo. Parámetros como: la geografía, la localidad y el tipo de proceso de la planta requieren análisis para encontrar el programa MIP más adecuado. No obstante, para todos los casos hay una serie de elementos que ayudan a mantener un programa exitoso de plagas de manera proactiva.
Desarrollo de un programa de MIP en entornos urbanos
Un programa de MIP está a favor de la reducción de las poblaciones de organismos con el uso mínimo de productos químicos, lo anterior se realiza de la mano de técnicos especialistas en el tema, pues tendrán que elaborar una estrategia donde todas las partes interesadas estén involucradas, conozcan los resultados, participen y tengan instrucciones adecuadas para cada parte del proceso.
Los pasos para el desarrollo, ejecución y seguimiento de un MIP en entornos urbanos son:
Planeación
Crucial para resultados exitosos y esperados. Se divide en:
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- Conocer la ubicación: Entorno, tipo de edificio, dirección de los vientos, arquitectura del sitio, jardines o lugares verdes, tipo de producción o materia prima, tipo de transporte, limpieza que se realiza, por mencionar algunos
- Identificación de especies. Un programa de MIP requiere de estrategias asertivas que causen el efecto esperado en la especie animal a atacar. Cada clase animal tiene diferencias que marcan la manera de limitar su presencia.
- Determinación de objetivos. Se deberán limitar los objetivos, metas y prácticas a seguirse ya que estas afectarán a nivel económico, salud y medio ambiente. Los distintos sectores de la población se dividen en tres niveles (A, B, C) según el riesgo de presencia de plaga, plaguicidas y residuos indeseables:
- Nivel A. No se admite la presencia de plagas o plaguicidas en ambientes hospitalarios, manejo de alimentos y guarderías, entre otros.
- Nivel B. Aquellos que no permiten presencia de plagas, pero toleran la presencia de residuos de plaguicidas, como almacenes de materias primas, salas de hoteles y comedores, por mencionar algunos.
- Nivel C. Lugares donde presentaron una infestación y la presencia de algunas plagas y los residuos de plaguicidas son tolerados; por ejemplo, el exterior de edificios, almacenes con productos terminados o para ser procesados, etc.
Aplicación
- Incluye medidas preventivas y correctivas elaboradas conforme a los objetivos planteados inicialmente.
- Va más allá de la aplicación de plaguicidas, como es la reducción por medio del manejo de la iluminación del lugar, gestión de residuos, administración de jardines e instalación de filtros.
- Criterios de exclusión. Se refiere a acciones que obstaculizan o impiden el acceso a las plagas, como por ejemplo puertas automáticas, cortinas de aire, desagües, ventanas, tuberías, hawaianas.
- Remoción. Cuando las estrategias de reducción y exclusión son ineficaces o inexistentes, el encargado deberá de evaluar el riesgo y decidir por opciones de remoción:
- Físico. Trampas o placas adhesivas y trampas de luz.
- Químico. Conociendo la zona, plagas existentes y su potencial, se establecen metas para combinar una fórmula con las características necesarias para ligar una mayor eficiencia y la máxima sostenibilidad.
Monitorear
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- Las personas encargadas, deberán de realizar una observación de la presencia o evidencia de plagas por medio de una inspección informal con un proceso mecanizado, que además cuente con la participación de todas las partes. De igual manera, es importante monitorear el estatus de las diferentes trampas o instalarlas como una medida preventiva.
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Resultados de la evaluación
- Los datos obtenidos de las distintas técnicas de aplicación y seguimiento deberán ser recopilados y organizados en un expediente, mismo que será el antecedente del programa de MIP, implementado y con el cual se podrán realizar ajustes necesarios de acuerdo a los objetivos establecidos desde un inicio.
El papel del MIP en la actualidad cobra mayor relevancia pues cada vez se percibe más una fuerte tendencia hacia la restricción del uso de plaguicidas. En consecuencia, ha aumentado el interés por proyectos orgánicos para eliminación de plagas en todo el mundo, donde solo la mejora de las prácticas higiénicas, de los procesos, de las estructuras de los edificios, de la gestión de la iluminación y la aplicación de repelentes en exteriores, han logrado excelentes resultados.
Autores: Araceli James, Gerente de Soporte Técnico, Eliminación de Plagas Ecolab.
Luiz Chaves, Gerente Regional de Soporte Técnico, Eliminación de Plagas Ecolab.