Una certificación para cada organización es un traje a la medida en función de las necesidades que tenga cada una de las organizaciones. Y este traje a la medida debe cubrir con las expectativas que el mercado exige. Esto permitirá a las empresas diferenciarse y poder buscar alternativas de nuevos mercados.
La certificación es un elemento que garantiza que los productos pueden llegar a diversos mercados locales y globales. Así lo indicó Eduardo Rondero, Auditor líder en Global Estándar, en el webinar: Criterios para la selección de una certificación para apertura a nuevos mercados, organizado en el marco de Expo Confitera CIAJ.
Actualmente, la mayoría de los países que requieran exportar productos para consumo humano necesitan contar con una certificación sanitaria que garantice la calidad de sus productos, y pueda asegurarles una participación competitiva y permanente en el mercado. Para lograrlo es preciso que cada eslabón de la cadena agroalimentaria establezca controles y actividades que reduzcan al máximo los riesgos de contaminación.
La globalización de los mercados ha acelerado el intercambio comercial de los alimentos, situación que ha tenido como consecuencia que los gobiernos tengan la necesidad de implementar estrategias. Las cuales contribuyan al aseguramiento de la inocuidad de los productos alimenticios, definiéndose el término de inocuidad como “la característica que tiene un alimento de no causar daño a la salud del consumidor por efectos de algún contaminante”.
Beneficios de certificarse
- Aumenta la ventaja competitiva de la empresa
- Disminuye los riesgos de retirar productos del mercado
- Aumenta la posibilidad de comercializar en mercados legales
- Eficienta los recursos y aumenta la productividad
- Incrementa la satisfacción y la confianza con el cliente
- Previene los riesgos potenciales de la organización
- Garantiza la eficacia y eficiencia de los procesos
- Asegura el cumplimiento de la legislación correspondiente al tipo de compañía
Certificación de calidad e inocuidad
Eduardo Rondero señala que se tiene que cumplir una serie de pasos para obtener una certificación. Y es recomendable iniciar con la parte de buenas prácticas, que son criterios que nos van a garantizar una higiene adecuada en el proceso de manufactura de alimentos.
Posteriormente sigue la metodología de análisis de peligros que se utiliza desde hace 50 años y es la metodología HACCP. “Nos ayuda a identificar en cada parte del proceso los riesgos asociados a los diferentes peligros que se puedan identificar. Y por ende, etapas en el proceso que necesiten un cuidado especial, para que a través de esta se garantice la comercialización de alimentos inocuos”, señala el auditor.
Si las empresas quieren garantizar que están con otro tipo de gestión porque tienen un sistema de gestión mucho más establecido. Que si bien no son normas obligatorias, ayudan a demostrar el cumplimiento normativo como un documento. Esto con el firme propósito de incursionar en nuevos mercados.
Ahí es donde empiezan los sistemas de gestión, como son el ISO22000, que es una norma que gestiona la inocuidad y que tiene mucho más estructura que lo que pudiera ser el HACCP. El sistema de gestión ayuda a introducir otros requerimientos que le pueden dar una identidad a una política o una filosofía de las empresas.
Si se quiere dar un paso más alto para llegar a empresas globales con los requerimientos más altos de la industria de alimentos, se tendría que llegar a esquemas reconocidos por a GSFI. Este organismo tiene esquemas muy específicos como defensa alimentaria y fraude alimentario, que son elementos que se gestionan actualmente.
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