Las dark stores son centros de distribución y de preparación de pedidos para comercio electrónico, especialmente orientados al sector e-grocery. Estos almacenes se ubican usualmente alrededor de los grandes núcleos urbanos, con el objetivo de dar una mejor respuesta logística al e-commerce.
La característica principal de estos recintos es que cuentan con apariencia de supermercado convencional, estructurados incluso en pasillos, pero con operarios en lugar de clientes.
Si bien la mayoría de supermercados aún preparan las compras online desde la tienda, el estándar de entrega en 24 horas y las nuevas tendencias de consumo, cada vez más enfocadas a la red, han obligado a las empresas del sector a reinventarse para suministrar un servicio ágil y eficiente. De hecho, aunque fuera una tendencia que nació íntegramente ligada al e-grocery, se ha ido extendiendo a otros ámbitos del retail.
Las dark stores operan así: tras recibir los pedidos, las órdenes son enviadas a los operarios en planta (conocidos como personal shoppers o pickers) que se encargan de recorrer el supermercado con una tablet y un carro de picking. El almacén está administrado por un software de gestión de almacenes (SGA) que genera automáticamente las rutas de los operarios para que sus recorridos sean lo más eficientes posible.
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Las dark stores y la nueva normalidad
En el webinar “Evolución de almacenes a Dark Stores”, llevado a cabo por Blue Yonder, destacó cómo los retailers actúan en la nueva normalidad. Transformando las tiendas departamentales en dark store o centros de cumplimiento, dando más opciones al cliente en el “cómo” y “cuándo” quiere recoger su producto.
Al respecto, Francisco Grial de Netlogistk, dijo que anteriormente, en materia logística, se tenía claro que los puntos de venta debían interactuar con otros nodos logísticos como el almacén y el transporte.
“Ahora, con la nueva normalidad, el almacén cumple funciones de dark store creando cambios y ajustes en la última milla para brindar una mejor visibilidad y planeación de rutas para la entrega”, señaló.
Para Jorge Reyes, Senior Advisor de Blue Yonder, los principales desafíos para dueños de marcas y retailers post Covid-19 se pueden resumir en seis puntos que hablan del salto de un “antes” a un “después”:
- Paso de desconectado a “en línea”, requiriendo un cambio acelerado para un cumplimiento inmediato, si es que se quiere sobrevivir en el mercado.
- Disponibilidad sobre lealtad, existiendo una erosión en lo que es preferencia de marca.
- Compra esporádica a periódica, con grandes volúmenes de órdenes pequeñas.
- Surge una integración con entrega de última milla. Se hace conocido el concepto BOPIS,“Buy Online, Pickup in Store” que significa “cómpralo online y recógelo en la tienda”. Esto es muy relevante para aquellos que quieren recibir un producto el mismo día de la compra.
- La demanda excede las capacidades, lo que obliga a disponer de mano de obra sobre todo de transporte.
- Se pasa de lo “diseñado para…” al “rediseñado”, que obliga a un software y logística más preparada.
Cinco puntos para operar una tienda oscura
- Definir un lay out para organizar el almacén, que además servirá para simular el equipo y espacios se requieren. Para tener la flexibilidad de crecer o achicar la operación.
- El nivel de inventario que se manejará, que sea suficiente y se pueda depurar.
- Sistemas (IT). Para la dark store se requiere de un OMS y WMS los cuales deberán interactúan en sincronía.
- Capital humana. La productividad de la gente y la administración de recursos.
- Control de indicadores. Para medir inventarios, pedidos, surtido, etcétera.
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