El embalaje de dulces es importantísimo. La variedad de productos de confitería y panadería es enorme, y el consumidor solo compra los productos que resulten llamativos a la vista y que sugieran un gran disfrute.
Esta situación exige a los productores de embalaje, no sólo la máxima creatividad de diseño, sino también un extenso conocimiento técnico en el proceso de producción.
Estas Pascuas, los fabricantes de productos de confitería y panadería de varios países se presentarán con fuerza: en todos los mostradores brillan los huevos de pascua de chocolate, se realizan exposiciones chocolatinas con motivos festivos en los escaparates o se muestran hermosos conejos de Pascua.
El cliente busca entretenimiento
Los productos dulces empaquetados artísticamente proporcionan entretenimiento y espíritu festivo a los consumidores. Para ello, se debe pagar debido a que el costoso embalaje permite al vendedor aplicar otros precios.
En los días festivos las personas desarrollan una especie de fiebre del chocolate y los bombones, quieren darse una alegría a sí mismos y a los demás con una golosina dulce. En este caso el coste del producto es secundario.
“Como productos de diversión, los dulces ocupan un lugar especial: Los consumidores esperan de los dulces alegría y disfrute, no que sean baratos” comenta el investigador de tendencias berlinés Jürgen Heup. El consumidor no actúa al azar. Al contrario, la oferta de dulces es enorme. Por ello se pueden permitir ser selectivos.
La reina entre los embalajes de dulces
El embalaje de productos de confitería y panadería debe cumplir con una función compleja. No sólo debe proteger el contenido sensible del producto, también debe suplir en el punto de venta el papel de un vendedor atractivo, que seduzca al comprador potencial y que sugiera información breve y concreta que haga que el contenido sea apetecible.
Aumenta la importancia del embalaje de productos de confitería y panadería como factor comunicador y reclamo. “El cliente actual es muy flexible y variable, aumentan sus exigencias y aprecian cada vez más valores como la sencillez, desaceleración, salud, conveniencia y sostenibilidad” explica el experto en comercio Hendrik Schröder, de la Universität Duisburg-Essen.
El vendedor ya no puede atraer con golosinas por un tubo. Se necesita un producto que responda en todos los sentidos. También sucede que las empresas crean productos de temporada como por ejemplo con ligeros rellenos de fruta en verano y productos con contenido de licor en invierno. Si queremos profundizar más, se ofrecen productos especiales para los diversos gustos y las nuevas tendencias.
Sin embargo, éste es un gran reto ya que los vendedores deben imprimir el sello de su marca en cada producto de la gama, cada componente debe ser un pilar en la visión general de la marca que se presenta como parte integrante del concepto global.
El fabricante alemán de chocolate Ritter, por ejemplo, ha escenificado de forma perfecta la presencia de su marca. Su inequívoco símbolo de marca es el práctico sistema de apertura de doblar, que incluye en todos sus productos. Quien quiera competir con una marca tan fuerte, debe escenificar su producto de forma óptima. Aquí se encuentra precisamente la importancia del embalaje de venta, ya que ofrece una ayuda decisiva en el punto de venta.
Las máquinas son más flexibles
Con el gran aumento de variedad de productos también aumentan las exigencias sobre las instalaciones de producción y embalaje de productos de confitería.
“Las máquinas deben ser más flexibles y deben poder modificarse más rápidamente debido al frecuente cambio de productos y los ciclos de oferta más breves” indica Beatrix Fraese, de la La Asociación técnica de maquinaria para alimentación y envasado dentro de la Asociación alemana de construcción de máquinas e instalaciones (VDMA).
Los proveedores de los países industrializados exigen equipos cada vez más pequeños, que trabajen con mayor precisión, consuman menos energía y que se puedan limpiar y modificar rápidamente.
Los nuevos mercados para productos de confitería de África y Asia presentan nuevas exigencias para las empresas. Los proveedores de productos y los diseñadores de embalajes deben tener en cuenta un nuevo patrón de consumo. Mientras que los países industrializaos demandan elegancia y glamour, en los países como la India o Rusia deben transmitir mensajes claros para establecer marcas y confianza.
En comparación: en Alemania, el consumo por persona de chocolate o de derivados es según el sondeo de entorno a diez kilos al año, sin embargo, un chino ni siquiera consume un kilogramo en el mismo periodo.
Por lo tanto, los expertos vislumbran un aumento vertiginoso en el consumo de chocolate en países como la India o China. Es tan importante como la presentación, que los productos estén embalados de forma estable y hermetizada para los nuevos mercados.
Las condiciones climáticas difíciles dificultan la distribución de productos tan sensibles como el chocolate. También los fabricantes de maquinaría deberán mostrarse flexibles si desean entrar en los nuevos mercados.
Con el medio ambiente a la vista
Sin embargo, además del diseño y la protección, la industria no debe perder de vista el medio ambiente y los costes de producción y embalaje. Los críticos reclaman que los estampados y barnices especiales así como los cartonajes lujosos, que proporcionan al embalaje su dimensión estética y óptica, no son ecológicos y que aumentan los costes de producción.
La industria replica con extensas estrategias de sostenibilidad: “Para nosotros es primordial evitar los desechos, ahorrar recursos naturales como el agua, recurrir a procesos de producción no contaminantes y de ahorro de energía” indica Philippe Oertlé, portavoz del grupo suizo de alimentación Nestlé.
Los fabricantes de embalaje ayudan a la industria a comercializar los productos de confitería y panadería de forma efectiva y respetando al mismo tiempo el medio ambiente.
Menos material
Las palabras mágicas para las empresas son “Material-Down-Sizing” (reducción de material). Se utilizan preferentemente materiales de embalaje certificados que se puedan reciclar fácilmente, y se ahorran materias primas tras menor espesor de material.
“La minimización de material es un aspecto importante para nosotros” destaca Ralf Weidenhammer, jefe de la empresa alemana de embalaje Weidenhammer. Su empresa produce, entre otros, envases combinados de cartón para dulces y salados que se pueden reciclar fácilmente.
A pesar de la “sencillez”, la empresa Weidenhammer se ha hecho muy popular con sus embalajes tubulares de cartón para marcas como Pringles ya que gracias a sus colores llamativos son una absoluta atracción y ofrecen frescura y diversión, con el característico sonido pop al abrir.
Los fabricantes de máquinas trabajan en equipos cada vez más eficientes.
La empresa danesa Aasted ha desarrollado un equipo de templado para chocolate que, según sus datos consume entre un 50 y 80 % menos de energía que los equipos anteriores. Para que se funda suavemente, cada chocolate debe templarse varias veces.
En el concepto anterior de templado de transición, se calentaba toda la masa al mismo tiempo, hasta derretir toda la cristalización. Luego se refrigera la masa y se calienta nuevamente de forma controlada para alcanzar determinada estructura de cristalización.
En Aasteds, la nueva generación de máquinas “SupaNova” permite templar solo una parte de la masa de chocolate calentada mediante un sistema de templado en bypass, que luego mezcla el chocolate nuevamente con el resto no tratado.
De esta forma se ahorra energía térmica y costes. “Sin embargo, la calidad de la masa mantiene el máximo nivel” asegura Mads Hedstrøm, director comercial de Aasted.
La formación, corte y empaquetado de los dulces es finalmente un trabajo de los fabricantes de máquinas de embalaje, como la empresa alemana Theegarten-Pactec.
“Para nosotros es importante utilizar menos material en nuestros equipos y producir más unidades de producto por cada unidad de tiempo” indica su portavoz, Steffen Hamelmann.
Las innovaciones de las empresas nos demuestran: el diseño y la sostenibilidad no son contradictorios.
Esta conclusión podrá observarse durante la feria interpack, que se celebrará del 12 al 18 de mayo en Düsseldorf (Alemania), donde se reúnen los principales especialistas en embalajes y los fabricantes de productos.