El storytelling es un término que ha cobrado especial relevancia en el mundo de los negocios y el marketing en los últimos años. Frecuentemente escuchamos que para que nos compren un proyecto este debe de tener una buena historia detrás, un storytelling. Pero, ¿sabemos realmente en qué consiste? ¿Cómo aplicarlo? ¿De qué manera nos ayuda a vender nuestro proyecto e, incluso, a vendernos a nosotros mismos?
Xósem Amero, experto en storytelling e instructor de Udemy, -la plataforma de formación online más grande del mundo- lo define como una herramienta de comunicación que ayuda a transmitir mejor el mensaje de una empresa o marca por medio de historias que generen empatía y emociones en la audiencia.
“Incorporar el storytelling a la narrativa de negocios ayuda a conectar mejor con el interlocutor, ya sea un cliente o un inversor. Esto se debe a que un buen storytelling está fundamentado en valores humanos, que son los que propician la empatía”, dijo Amero en un comunicado.
De acuerdo con el experto, un storytelling, como toda historia, debe contar con ciertas partes esenciales: una premisa -la idea que se va a demostrar-, un tema en forma de valor humano -el ganchon emocional-, un héroe -en el que el público se vea reflejado y que muestre cómo es posible transformarse-, un deseo o motivación y un conflicto -el obstáculo que deberá superar el héroe.
Los factores para la construcción de un storytelling exitoso son:
- Empatía. Es importante que el cliente o inversor comparta al menos algún valor con nosotros para generar una conexión especial
- Confianza. Se construye cuando el cliente se da cuenta de que la narrativa es real y genuina, es decir, cuando mostramos honestidad en nuestro discurso
- Emoción. La mayoría de la gente actúa guiada por sus emociones y, posteriormente, emplea la parte racional de su cerebro para justificar sus decisiones. Al vender un proyecto, es necesario generar en la audiencia emociones favorables a nuestro objetivo
- Comprensión práctica del proyecto. Muchas grandes ideas han muerto en el tintero porque sus creadores no supieron explicarlas. Para explicar cualquier idea o proyecto, no hay mejor herramienta que una historia práctica que ayude a aterrizar el concepto en la mente del interlocutor y que, además, sirva para dejar huella en su memoria
- Una llamada a la acción. Podemos construir storytellings muy buenos, pero si no se tiene claro el objetivo y lo que se quiere obtener, los esfuerzos serán en vano. Hay que saber qué queremos que haga la audiencia a partir de nuestra historia y decírselo de forma explícita.
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