El retail se caracteriza por ser un sector dinámico y acostumbrado a adaptarse rápidamente a los cambios en los hábitos de consumo y preferencias de los consumidores. Como consecuencia de la crisis del Covid-19 el sector va a sufrir una aceleración de cambios sin precedentes.
Dichos cambios ponen a prueba a la estructura empresarial, en todos los sectores y formatos, pues a pesar de los numerosos cierres que se prevén, el sector tiene una capacidad de resiliencia innata para salir fortalecido y reconocido públicamente como un sector vertebrador y cohesionador de la sociedad.
En el webinar Retail: escenario actual, varios especialistas del sector coincidieron en que la industria del comercio al por menor aprovecha el periodo de crecimiento para, al mismo tiempo, completar su proceso de adaptación. No se puede olvidar que el comercio electrónico va ganando cuota de mercado con respecto a la venta física.
Queda claro que el retail atraviesa una etapa de mejora sustancial. Lo cual ha permitido diseminar un sentimiento de optimismo muy alentador. Parece imperar una sensación que augura un futuro exitoso.
No se puede eludir el hecho de que esta situación tiene mucho que agradecer a las utilidades aportadas por el comercio electrónico. El e-commerce ha conseguido una revalorización del mercado.
Además, también aumentó la calidad del servicio que demandan los clientes. En particular, la industria del retail debe mucho a los consumidores de la generación millennial. Como nativos digitales y compradores informados, han “obligado” a las organizaciones a cargar sus pilas y adaptarse a las necesidades de un nuevo modo de vender.
Te puede interesar: La reactivación del retail tras la cuarentena
El comercio minorista y la tecnología
El comercio minorista aprovecha el periodo de crecimiento y, al mismo tiempo, completar su proceso de adaptación. No se puede olvidar que el comercio electrónico va ganando cuota de mercado con respecto a la venta física.
El escenario tecnológico se ha encargado, por tanto, de empujar a los agentes implicados a concebir la tienda del futuro. Para conseguir estar al día son necesarias adoptar una serie de medidas cuya implementación elevará el nivel de presencia y competitividad:
- Personalización. El consumidor actual es muy reacio a la publicidad invasiva. Demanda ofertas basadas en sus preferencias. Para ello, los comercios pueden valerse de opciones como las apps móviles, capaces de rastrear los hábitos de compra.
- Comprar es algo más que adquirir un producto o servicio. Los usuarios buscan auténticas experiencias de compra que potencien sus sensaciones.
- Los compradores de la era digital estrechan lazos y extremar la sensación de pertenecer a una comunidad. Las redes sociales se han convertido en el punto de encuentro preferido para ello.
- Utilizar todos los canales, online y offline, para poder acercase al consumidor de todas las maneras posibles.
- Formas de pago. El usuario desea poder realizar sus pagos cómodamente. Entre sus demandas figura la posibilidad de pagar sus compras a través de distintas fórmulas.
- Gestión de datos. El análisis del Big Data puede servir para recabar información muy valiosa acerca de los hábitos de los consumidores.
El futuro del sector retail parece ser prometedor. Es cierto que las organizaciones se encuentran en medio de una importante transformación. Sin embargo, parece que, por fin, los empresarios se han dado cuenta de que deben asumir la renovación del concepto de venta.