La economía circular es un sistema industrial regenerativo o restaurativo por intención y diseño. Es decir, por un lado, prioriza generar impactos positivos, y no solo reduce los negativos.
Y, por el otro, hace un llamado a repensar la forma en la que se diseñan productos, procesos, modelos de negocios e incluso regiones enteras.
De acuerdo con Eduardo Aguiñaga, director de Programas Full-Time de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey e Investigador en Economía Circular, la industria de alimentos y bebidas es sumamente rica en las posibilidades de aplicación de la economía circular.
“En el contexto mexicano y latinoamericano, las empresas son muy celosas de la información. Pero al generar confianza entre organizaciones puede detonar alternativas muy alineadas economía circular y a sus modelos de negocio. El objetivo es que tengan un impacto interesante en todo el tema de sostenibilidad”, señala Aguiñaga.
Inversión para la economía circular
Actualmente, hay empresas que no han repensado la forma en la que ven residuos y basuras, normalmente para esas empresas una merma representa un gasto.
“Pero al implementar una perspectiva de circularidad y el ver los residuos como una oportunidad de valorizarlos y de venderlos en automático el residuo se vuelve en vez de un gasto un ingreso”, señala el especialista.
Muchos de los proyectos apalancados de economía circular tienden a ser sumamente rentables. De hecho, hay empresas donde el retorno de la inversión es menor a tres años, período en el que se tiene que recuperar.
Y al aplicar esta parte de innovación, tecnología, economía circular, modelos de negocio, estos tienden a tener un retorno anterior o cercano a los dos años.
Aguiñaga señala que para las pequeñas y medianas empresas es necesario también el involucramiento de agentes que puedan dar financiamiento justamente a estas empresas que por su flexibilidad puedan innovar y probar alternativas alineadas a la circularidad.
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Casos de éxito en empresas alimentarias
“El año pasado estuve apoyando en la elaboración de un reporte de buenas prácticas en economía circular. Y hay una serie de empresas que han estado justamente apalancando ese muy bien de este de este concepto”, destaca.
Una de estas empresas es la brasileña Natura, que tiene una buena estrategia de sustentabilidad apoyando a las comunidades donde se producen los insumos que ellos requieren para hacer la fabricación de sus productos.
“También tenemos en México donde yo justamente estuve laborando hace un par de años, que quienes han sido pioneros en este tema y de sus buenas prácticas. Fue justamente el lanzamiento de una cervecería en Chihuahua, donde implementaron justamente los principios de economía circular”, expresa.
“Hay muchas empresas que ya están detonando estos esfuerzos de grandes ejemplos de buenas prácticas para seguir diseminando la forma de repensar los negocios y de apalancarlos a la economía circular", finaliza.