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Nuevos hábitos de consumo
Indudable resulta que se está consolidando un cambio de hábitos en los consumidores a la hora de ejercer sus compras, ya que por falta de recursos y por un cambio obligado en su estilo de vida han reorientado su consumo a rubros esenciales que tienen que ver con alimentación, salud (medicamentos), limpieza del hogar e higiene personal; gastos de conectividad (redes, teléfono, internet, etc) y gastos de movilidad (aún restringida).
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Compras de cercanía
La sana distancia y quédate en casa para evitar una exposición social innecesaria ha llevado al consumidor a tener preferencia al realizar sus compras aplicando la ley del mínimo esfuerzo y mínima exposición. Por ello realizan consumo en la cercanía de su hogar. Ante ello, las ventas con entrega y servicio, así como las compras en el pequeño comercio local tomaron fuerza. El reto de la cercanía es garantizar surtido, calidad y precios competitivos en sus productos.
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Abasto
Las cadenas de suministro han rediseñado su abasto para atender a la nueva demanda, porque muchas compras se han reorientado al canal de máxima cercanía. Categorías como frescos están fortaleciendo su presencia en el mercado local de máxima cercanía.
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Productos asequibles
La pandemia debilitó la capacidad de compra de los consumidores y emplazó a las distintas marcas a actualizar su portafolio y presentación de productos, volverles asequibles respecto al poder de compra de los consumidores mexicanos. El reto es ofrecerles una diversidad de productos en distintas presentaciones, al alcance de sus bolsillos.
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Productos Inocuos
La crisis sanitaria detonó el crecimiento del mercado informal, otro reto que plantea el coronavirus a las distintas categorías de mercado es hacer valer la prevalencia de sus productos en el anaquel y en la preferencia de los consumidores al garantizar su inocuidad, condición salubre de su mercancía, que ofrezca confianza en su consumo.
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