La empresa austriaca Securikett desarrolla una tecnología de etiquetado a prueba de manipulaciones para envases con tapones de rosca.
- Los nuevos diseños están destinados a evitar el robo de productos, como las recargas ilegales en envases reutilizables.
El embalaje del producto con tapas de sellado y mecanismos de torsión siempre ha sido un desafío especial para la protección del producto para evitar que los consumidores resurjan ilegalmente.
Por esta razón, la compañía desarrolló su nueva tecnología "HighContrast" para etiquetas de tapón de rosca además de su línea actual. Las etiquetas de cierre de seguridad son especialmente adecuadas para tubos, frascos y recipientes de plástico con cierres de tornillo o bisagras.
Si el cierre se desenrosca o se abre, la etiqueta se autodestruye a lo largo del punzonado integrado, haciendo que una abertura sea claramente visible y haciendo imposible pegar o reutilizar la etiqueta.
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Tecnología contra el robo de productos
El lanzamiento del nuevo diseño HighContrast de Securicutt se produce en medio de una ola de acciones contra el robo y la falsificación de productos.
En julio pasado, la compañía lanzó su etiqueta de seguridad "DiamondVOID", diseñada para mejorar el empaque de alta calidad con efectos de apertura no reversibles para los propietarios de marcas de lujo.
Originalmente diseñado para botellas de champán, DiamondVOID integra efectos de apertura en etiquetas completamente laminadas por primera vez, señala la compañía en un comunicado.
Recientemente, el supermercado Co-op en el Reino Unido comenzó a implementar "empaques ficticios" para evitar un fuerte aumento de los productos robados en sus tiendas. La compañía dice que el aumento probablemente se deba a la crisis del costo de vida causada por la inflación.
Ahora, los paquetes ficticios se están utilizando para muchos productos de mayor valor que, según la cadena de supermercados, son frecuentemente blanco de delincuentes para su reventa en otras tiendas locales.
Por último, los productos incluyen café, detergente en polvo y gel para lavar la ropa, y los compradores llevan la vitrina ficticia a la caja, donde se intercambia por el producto real.