Debido a que a los ciudadanos les parece difícil identificar los envases de plástico compostables por su apariencia, las etiquetas con instrucciones y símbolos claros juegan un papel clave a la hora de desechar correctamente los residuos plásticos compostables.
Esa fue una de las conclusiones del estudio titulado "Habilitando el desecho deseado de envases plásticos compostables: una evaluación de las etiquetas de instrucciones de desecho".
Durante la investigación, se descubrió que los participantes preferían etiquetas con símbolos simples y sin ambigüedades, así como una redacción clara que indique explícitamente dónde debe ir el envase, como residuos de alimentos o basura general.
Los investigadores afirman que el uso de instrucciones claras y directas para eliminar o desechar este tipo de embalajes puede ayudar a promover comportamientos adecuados de desecho.
Mientras que los símbolos simples pueden ser más efectivos para cambiar el comportamiento que los símbolos asociativos.
Crecen en popularidad de plásticos compostables
Los plásticos compostables están ganando terreno como una solución prometedora a la crisis global de los desechos plásticos, especialmente en la reducción de envases de plástico de un solo uso, destaca el estudio.
Aunque hoy, los bioplásticos representan menos del 1% de las 390 millones de toneladas de plásticos producidos en el mundo, pero esta cifra está en constante crecimiento a medida que se amplían las aplicaciones de estos materiales innovadores.
Según European Bioplastics, se espera que la capacidad mundial de producción de plásticos biodegradables aumente a cerca de seis millones 300 mil toneladas para 2027. En el 2022 fue de aproximadamente 2.2 millones de toneladas.
Sin embargo, el sector enfrenta desafíos significativos. En el Reino Unido, los plásticos compostables han sido descritos como el "salvaje oeste" del embalaje debido a la falta de regulación.
Existen problemas con las normas y la certificación, así como reglas limitadas sobre la etiquetación y comercialización de estos materiales.
Esto ha llevado a que fabricantes y proveedores tengan libertad para comercializarlos como deseen, lo que genera confusión y desconfianza sobre las afirmaciones ambientales asociadas con los plásticos compostables.
Otro problema es la confusión terminológica. Términos como "bioplástico", "compostable", "biobasado" y "biodegradable" a menudo se utilizan indistintamente, a pesar de tener significados y aplicaciones diferentes.
Justo es esta falta de claridad la que dificulta la comprensión sobre los beneficios reales de estos materiales.
“Para abordar estos desafíos, es esencial establecer normativas claras y sistemas eficientes para recolectar, clasificar y procesar plásticos compostables”, señalan los investigadores.
“Estas medidas son fundamentales para garantizar que estos materiales contribuyan de manera efectiva a la reducción de la contaminación por plásticos y al avance hacia una economía circular más sostenible”, abunda el documento.
¿Dónde desechan los consumidores los empaques?
Según la investigación, las partes del embalaje que tenían más probabilidades de terminar en el desperdicio general eran las siguientes: bolsita, etiqueta adhesiva para alimentos, monodosis de café, película para sándwiches y película para comida preparada.
Las partes del embalaje que tenían más probabilidades de terminar en los residuos de alimentos fueron las siguientes: bolsa y bolsita de té.
Las piezas de embalaje que tenían más probabilidades de reciclarse fueron las siguientes: cubierta, recipiente, vaso de plástico, vaso para bebida caliente, tapa para bebida caliente y bandeja de comida preparada.
Otro hallazgo de la investigación fue que cuando la etiqueta decía “no reciclar”, los participantes tenían, en general, un 11.15 por ciento más de probabilidades de desechar correctamente el embalaje en el contenedor de basura general.
Tecnología, aliada para eliminar adecuadamente empaques compostables
La tecnología juega un rol relevante en el mundo del embalaje para ayudar a aumentar la cultura del reciclaje, evitar residuos plásticos y a generar informes comerciales precisos.
Los sistemas digitales con códigos QR escaneables en los envases, por ejemplo, se consideran opciones para lograr esta economía circular de envases. Las marcas necesitan invertir en códigos de este tipo para imprimirlas en sus etiquetas, que estén listos para que los consumidores los escaneen desde sus hogares.
Un informe de SharpEnd sugiere que el 85% de las marcas a nivel mundial planean invertir más en tecnologías de envases conectados como códigos QR y comunicación de campo cercano (NFC) durante el próximo año.
Para reducir el desperdicio, el supermercado Tesco del Reino Unido planea quitar las pegatinas de plástico de sus aguacates extragrandes. La empresa utilizará tecnología láser para grabar los aguacates con información como el tamaño y la variedad.
El nuevo sistema de etiquetado incluirá la eliminación de una pequeña sección de la piel de la fruta para grabar los detalles, proceso que aseguran no afectará la calidad y vida útil del producto.
Estás tendencias indican un cambio hacia etiquetas que no solo brinda instrucciones claras de desecho sino que también ofrecen experiencias interactivas y datos valiosos para marcas y consumidores.
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