La presencia de productos químicos peligrosos en el mercado de Estados Unidos ha impulsado a varios estados a implementar legislaciones para limitar la exposición a estas sustancias.
Un ejemplo de estas medidas es la Propuesta (Proposición) 65 de California, que creó un listado de químicos asociados con el cáncer, el daño en el desarrollo y la toxicidad reproductiva.
Esta legislación, que entra en vigor en 2025, requiere que los fabricantes informen sobre productos que contengan PFAS, con la prohibición total de estos productos prevista para 2032.
Actualmente, esta regulación abarca alrededor de 850 químicos, incluyendo seis ftalatos identificados como potencialmente peligrosos para la salud y PFAS (sustancias perfluoroalquiladas), comúnmente encontrados en productos de plástico y en empaques de alimentos.
El objetivo es evitar que las empresas utilicen estos compuestos y proteger al consumidor de posibles riesgos. No obstante, persiste una interrogante importante: ¿Realmente esta iniciativa ha logrado disminuir la exposición general de la población a los químicos que figuran en su lista?, planteó una investigación publicada en la revista Environmental Health Perspectives.
Lo anterior, toda vez que la población de Estado Unidos está expuesta a más de 42 mil productos químicos que se encuentran actualmente en diversos productos y artículos. La preocupación es que estos compuestos son o podrían ser tóxicos.
Sugiere monitoreo constante
Los investigadores destacaron que para evaluar los efectos de las políticas ambientales sobre las exposiciones químicas, se requiere un enfoque sistemático que utilice datos representativos de la población, un grupo de comparación y métodos consistentes a lo largo del tiempo.
En Estados Unidos, el único programa de biomonitoreo químico a nivel nacional es el componente de laboratorio de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES), administrada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Sin embargo, los compuestos seleccionados para la biomonitorización son generalmente aquellos que ya han generado preocupaciones sobre su impacto en la salud pública.
Aunque la ley ha generado un cambio en la formulación de productos y ha aumentado la conciencia pública sobre los riesgos, aún no está claro si ha logrado reducir las exposiciones a nivel de la población en términos medibles y consistentes.
¿Qué encontraron los investigadores?
El estudio referido comparó datos sobre 37 productos químicos cubiertos por la Propuesta 65 de California y encontró que los niveles de dos compuestos de PFAS (perfluorooctano sulfonato, PFOS, y 2-N-Metilperfluorooctano sulfonamidoacético, N-MeFOSAA) fueron reducidos en un 77% en los habitantes de California.
Mientras que los niveles de ácido perfluorooctanoico (PFOA) cayeron un 62%, lo que resultó en concentraciones más bajas que el promedio nacional de Estados Unidos.
Además, el bisfenol-A (BPA), utilizado comúnmente en plásticos, presentó una disminución del 15% en las concentraciones medias tras su inclusión en la lista de Propuesta 65 de California.
“Nuestros hallazgos que muestran tendencias de exposición consistentes con las decisiones de sustitución de productos del fabricante en reacción a estas políticas demuestran aún más que las políticas químicas afectan a las exposiciones de la población”, anotaron los investigadores.
“También descubrimos, y creemos que podemos ser los primeros en notar, que independientemente del estado de la lista de productos químicos de la Proposición 65, los californianos generalmente tienen concentraciones más bajas de productos químicos tóxicos en su sangre y orina que los individuos en el resto de la nación”, añadieron.
Para los investigadores, estos resultados son vitales para los responsables de elaborar políticas públicas que buscan defender las regulaciones ambientales comparativamente estrictas del estado, así como para los responsables que aspiran a reducir la exposición a sustancias tóxicas en otras localidades.
Impacto y desafíos
El impacto de la Propuesta 65 de California ha sido notable, pero también plantea desafíos.
Aunque esta ley ha demostrado ser eficaz, hay limitaciones en la regulación de nuevos productos químicos y la sustitución de materiales peligrosos.
California, además de esta iniciativa, ha adoptado otras políticas que buscan reducir el uso de sustancias tóxicas, como la prohibición de PFAS en empaques de alimentos.
Un aspecto relevante de la Propuesta 65 de California es que cuando se encuentran sustancias potencialmente dañinas para la salud se obliga a las empresas a reformular productos, lo que puede llevar a sustituciones de materiales peligrosos.
Sin embargo, también existen preocupaciones sobre el riesgo de que estos materiales sustitutos sean igualmente tóxicos, lo que ha generado la creación de programas como el Safer Consumer Product Program, que obliga a los fabricantes a demostrar que los productos sustitutos no representen un peligro similar.
Otras iniciativas estatales
California no es el único estado tomando medidas. En 2023, Minnesota aprobó una de las leyes contra los PFAS en Estados Unidos, prohibiendo estos químicos en 13 categorías de productos de consumo, incluidos utensilios de cocina, empaques de alimentos, entre otros.
Especialistas han subrayado la importancia de leyes como la Propuesta 65 ya que no solo benefician a los residentes de California, sino que también motiva a los fabricantes a revisar toda su cadena de suministro, lo cual, por lo general, termina por beneficiar a otros estados.
El estudio demuestra que las políticas regulatorias estatales como esta iniciativa pueden ser efectivas para reducir la exposición de los consumidores a productos químicos peligrosos, y subraya la necesidad de políticas que prioricen la seguridad química desde el inicio del proceso de fabricación.
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