El proyecto Circular FoodPack tiene como objetivo permitir el uso circular de los envases de plástico, abordando la categoría de productos más sensible: los alimentos.
La función principal de los envases de alimentos es la protección del producto durante el transporte desde el fabricante hasta el consumidor y maximizar la vida útil de los alimentos, reduciendo así el desperdicio de alimentos y su huella de carbono.
Por lo tanto, los envases de alimentos deben cumplir requisitos elevados, como ser ligeros, impermeables, suficientemente resistentes al desgarro e imprimibles, con un tacto atractivo y no liberar sustancias químicas en los alimentos en cantidades que sean perjudiciales para la salud humana.
Para cumplir con todos estos requisitos, la mayoría de las aplicaciones de envasado de alimentos están hechas de películas de plástico, compuestas por materiales complejos de múltiples capas.
Sin embargo, estos laminados de compuestos multicapa (MLC) no se pueden reciclar de manera eficiente mediante procesos de última generación. Por ello, se pierden recursos valiosos, ya que estos desechos se incineran o se envían a vertederos principalmente.
Objetivos del proyecto que impulsa la circularidad de envases
Los principales objetivos de Circula Food Pack son:
- Análisis de la situación actual del reciclaje de envases flexibles para alimentos y muestreo de materiales representativos de envases para alimentos de diferentes regiones de Europa.
- Desarrollo y validación de trazadores fluorescentes robustos y compatibles con el contacto con alimentos, que se pueden imprimir como aditivo de tintas de impresión típicas.
- Adopción mínima exitosa de clasificadores NIR convencionales para que puedan detectar de manera confiable cantidades pequeñas y comercialmente viables de trazadores de clasificación en todo tipo de envases de alimentos multicapa.
- Ensayos de clasificación exitosos con clasificación basada en trazadores (TBS) de envases de alimentos marcados, mezclados en flujos representativos de residuos de envases para demostrar la viabilidad técnica con tasas de detección > 99 %.
- Desarrollar, ampliar y aplicar tecnologías de desodorización capaces de eliminar más del 95 % de los componentes olorosos, en comparación con las tecnologías de desodorización comúnmente implementadas.
- Realizar pruebas de reciclaje mecánico (regranulación, incluida la filtración de la masa fundida y la recomposición) como herramienta de evaluación de la calidad para orientar los avances hacia el envasado circular de alimentos en circuito cerrado.
- Desarrollo de barreras funcionales de alto rendimiento que eviten eficazmente la migración de cualquier contaminante residual de los PCR por debajo de los límites de migración establecidos por la legislación y la EFSA.
- Demostración del uso circular de reciclados posconsumo de PE (PE PCR) en 3 casos de uso por 6 demostradores.
- Sostenibilidad holística integral de las cadenas de valor recientemente desarrolladas, considerando los impactos ambientales, económicos y sociales, así como los aspectos de circularidad, desperdicio de alimentos y cumplimiento de las legislaciones de salud y seguridad.
Materiales objetivos
De acuerdo con las legislaciones de la UE y las normas de la EFSA, no está permitido utilizar materiales reciclados de materiales plásticos no alimentarios en aplicaciones de envasado de alimentos de nueva producción.
Ya que estos materiales reciclados no cumplen con los requisitos necesarios en cuanto a olores o contaminantes, pero hasta la fecha, los flujos de residuos de envases de alimentos y no alimentarios no se pueden separar.
Con 2 millones de toneladas de MLC que afectan la reciclabilidad de 17.8 millones de toneladas de envases de alimentos debido a su composición y origen no identificable, los flujos de materiales objetivo son significativos y el impacto esperado de esta investigación es sustancial.
Nuevos envases alimentarios
Aquí es donde entra en juego Circular FoodPack, que se centra en los envases de alimentos secos, como:
- cremas envasadas
- cacao
- café en polvo
Los socios del proyecto investigan nuevos sistemas de clasificación basados en sensores y trazadores que permiten una clasificación fiable con nuevos mecanismos de detección y trazadores.
Una vez clasificado, el material de envasado se lavará, desodorizará, las capas se deslaminarán, se destintarán, se disolverán y se purificarán con el proceso de reciclaje CreaSolv® y se reciclarán mecánicamente.
Las estrategias de reciclaje y las materias primas secundarias generadas se evaluarán continuamente en relación con la seguridad alimentaria y medioambiental, la aceptación social, la calidad, la procesabilidad, la viabilidad económica y el cumplimiento legal.
Los materiales reciclados se incorporarán a nuevos envases alimentarios monomateriales de alto rendimiento que siguen los principios de diseño ecológico y serán fáciles de reciclar en la fase posterior al consumo.
Finalmente, de esta manera es como se crea un verdadero ciclo de materiales, que contribuye a las ambiciones de la UE de una sociedad neutra en carbono para 2050.
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