Dos tercios de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en el mundo estarían dispuestas a apoyar “políticas más estrictas” para mitigar la contaminación plástica, a pesar del gasto adicional que implicaría esta medida.
En la encuesta global de la WWF y la Fundación Ellen MacArthur, realizada a 132 pequeñas empresas de todo el mundo, se les preguntó a las empresas si apoyarían el lanzamiento de un tratado mundial para abordar la contaminación por plástico.
El 63% estuvo de acuerdo en que el tratado sería algo bueno, en términos generales. El restante 37% tuvo una respuesta neutral.
El informe, “Cómo hacer que el Tratado Mundial sobre Plásticos funcione para las mipymes”, fue encargado por la Fundación Ellen MacArthur en asociación con WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) abarcará todas las etapas del ciclo de vida del plástico, desde la producción hasta la gestión de residuos.
“Las pequeñas y medianas empresas son cruciales para el éxito de un Tratado Mundial sobre los Plásticos, ya que son motores de innovación en muchos sectores de la industria del plástico y representan el 90% de las empresas en todo el mundo”, dijo Marta Longhurst, gerente de tratados globales de la Fundación Ellen MacArthur.
Sin embargo, hasta ahora las implicaciones de las normas globales del Tratado sobre plásticos son menos comprendidas para las MIPYMES.
Por ello, este estudio pretende evaluar, en una primera etapa, el impacto de un tratado global sobre plásticos ambicioso, efectivo y legalmente vinculante para las mipymes en toda la cadena de valor de los envases de plástico.
La Fundación Ellen MacArthur considera que las normas globales pueden generar oportunidades y beneficios para las pequeñas y medianas empresas si se implementan de manera efectiva y justa en el tratado sobre plásticos.
Apoyo financiero para mipymes
De los encuestados por WWF y la Fundación Ellen MacArthur, tres cuartas partes opinaron que el financiamiento adicional sería clave para garantizar que sus empresas sobrevivieran a la transición justa hacia una economía circular del plástico.
De hecho, las empresas de distribución minorista, logística y de embalajes consideraron que el financiamiento es una de las principales preocupaciones, ya que enfrentan desafíos para acceder a capital.
Por lo que para garantizar que se aprovechen los beneficios esperados a lo largo del tiempo, el tratado debería establecer medidas políticas específicas que respalden la transición, como plazos de implementación diferenciados y financiamiento específico para ellas.
Estos beneficios previstos también incluyen la creación de empleos en la reutilización, el reciclaje y la producción de materiales alternativos.
“Las mipymes necesitarán apoyo transitorio, en particular en relación con programas de capacitación, reciclaje profesional, tecnología y educación, para aprovechar la creación de empleo en estos segmentos del mercado”, se lee en el informe.
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Capacitación y asesoramiento para la transición
Además del financiamiento, las mipymes también necesitan acceso a conocimientos, asesoramiento y tecnologías para navegar la transición.
La Fundación Ellen MacArthur y la WWF abogan por que el tratado incluya medidas específicas para apoyar a este tipo de empresas como:
- Implementación gradual de las regulaciones, priorizando a las grandes empresas y dando tiempo a las mipymes para adaptarse.
- Facilitar el acceso a plásticos reciclados y materiales alternativos.
- Rastreo de la disponibilidad de materiales alternativos y reciclados.
- Agilización de los procesos de permisos para la gestión sostenible de residuos por parte de las mipymes.
- Creación de asociaciones público-privadas para compartir conocimientos.
- Inversión en I+D para materiales alternativos y tecnologías de reciclaje.
- Promoción de instrumentos financieros innovadores para apoyar a las mipymes y al sector informal de residuos.
Los pactos sí funcionan
Según la Fundación, está comprobado que los Pactos por los Plásticos son una herramienta para tratar la contaminación generada por estos residuos.
Gracias a ellos, se han eliminado decenas de miles de millones de artículos plásticos problemáticos o innecesarios; el diseño para la reutilización, el reciclaje y la componibilidad en la práctica y a escala ha aumentado un 23%; y la incorporación de contenido reciclado en los envases ha aumentado un 44 por ciento.
Los Pactos sobre el Plástico, como plataformas consolidadas para la colaboración, la generación de conocimiento basado en evidencia y el intercambio de información, han demostrado ser herramientas invaluables en la lucha contra la contaminación plástica.
Su modelo ha producido resultados tangibles sobre el terreno, fomentando una sólida red de partes interesadas comprometidas con acciones responsables a nivel nacional, regional y global.
La Red del Pacto por el Plástico ha sido testigo del impacto rápido y significativo que se puede lograr mediante la acción voluntaria colaborativa. Sin embargo, es evidente que esto no es suficiente.
Los Pactos sobre el Plástico están en una posición única para informar y apoyar la implementación de un futuro Tratado Mundial sobre el Plástico a nivel nacional.
La Red del Pacto por el Plástico ofrece un mecanismo probado para involucrar a las partes interesadas en toda la cadena de valor del plástico y ayudarlas a realizar los cambios necesarios a un ritmo adecuado.
Un Tratado Mundial sobre el Plástico ambicioso aceleraría significativamente la acción política y empresarial en todo el mundo, proporcionando el marco necesario para lograr un futuro libre de contaminación plástica.