Ante los constantes cambios en la industria de alimentos y bebidas, incluyendo la demanda de los consumidores, sigue latente la necesidad de seguir investigando y desarrollando tecnologías innovadoras y sostenibles en materia de envases y empaques, sostuvo Jesús Alberto Quesada Gallo.
El investigador del departamento de Ingeniería Química Industrial y de Alimentos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, destacó que los envases han evolucionado más allá de su función de conservación, pues hoy también suponen vías de comunicación entre el productor y el consumidor.
Transmiten información sobre el contenido, su origen, fecha de caducidad, ingredientes y condiciones de conservación, destacó durante el webinar “La importancia de los envases para alimentos”.
En algunos casos, la etiqueta de un envase es ahora la principal fuente de interacción directa con el consumidor, puesto que dan información que antes no imaginamos.
Por ejemplo, algunas botellas de cerveza tienen etiquetas que cambian de color cuando la bebida alcanza la temperatura óptima para su consumo.
Otras avances se observan en alimentos. Hay envases que pueden señalar si un producto ha estado fuera de las condiciones ideales de temperatura, garantizando así un consumo seguro.
La industria del envasado también dio un paso hacia el etiquetado nutricional, que permite al consumidor tomar decisiones informadas sobre lo que consume.
Etiquetado frontal
En Latinoamérica, países como México y Chile han implementado sistemas de etiquetado frontal, con etiquetas octagonales que advierten sobre los niveles de calorías, azúcares o grasas saturadas en un producto, promoviendo la transparencia y la salud pública.
En términos de innovación, los envases de alimentos están avanzando para proteger los productos, así como también para mejorar su calidad.
Hay envases activos que modifican el ambiente interno, controlando el flujo de oxígeno y carbono para evitar la oxidación y prolongar la frescura del producto.
Estos avances permiten que los estos no solo sirvan como barreras, sino que participen activamente en la conservación del alimento.
Hay envases que se adaptan a las condiciones del alimento dentro del envase y ayudan a preservar su frescura. Estos envases incorporan tecnologías como atmósferas modificadas o controladas, que ajustan la cantidad de oxígeno, nitrógeno o vapor de agua dentro del envase para mejorar la conservación de los productos.
No obstante, las preocupaciones sobre el reciclaje de estos envases complejos también fueron temas tratados durante el webinar, dado que el proceso de separación de capas de materiales en los envases multicapa puede ser un desafío.
Sostenibilidad: Un desafío global
Uno de los grandes retos actuales es la sostenibilidad del envasado, dijo el especialista.
Con el intensivo uso de plásticos y otros materiales no biodegradables, la industria está buscando alternativas que minimicen el impacto ambiental.
El diseño de envases que imitan la naturaleza, como los envases hechos a partir de materiales vegetales o biodegradables, está ganando espacio en la industria del envasado y embalaje.
Las iniciativas de reciclaje y reutilización también están en aumento, dado que los consumidores exigen cada vez más productos más responsables con el ambiente.
Además, el diseño y la fabricación de envases también tienen un impacto directo en el ambiente, principalmente cuando se trata de plásticos de un solo uso.
Alberto Quesada Gallo refirió que algunas investigaciones recientes señalan que alrededor del 40% de los desechos plásticos provienen de envases, y de estos, un 40% está relacionado con productos alimenticios.
Materiales naturales
En este contexto, la búsqueda de alternativas biodegradables sigue siendo una prioridad. De hecho, el especialista explicó que los materiales naturales, como fibras vegetales se han utilizado desde hace décadas para crear envases que no solo cumplen su función, sino que también son fácilmente degradables.
Hoy, materiales como el ácido poliláctico, derivado del maíz, ya se están utilizando para fabricar envases con menor impacto ambiental.
Aunque estos avances son prometedores, aún hay desafíos relacionados con los costos de producción, los métodos de fabricación y el impacto de la producción de estos nuevos materiales.
“La reciente promesa de la Comisión Intergubernamental de las Naciones Unidas de abordar la contaminación por plásticos de manera definitiva genera esperanza de que se puedan implementar soluciones más efectivas y globales”, enfatizó el experto.
Puntualizó que la tecnología detrás de estos envases ha mejorado para reducir la interacción de los materiales con los alimentos, como en el caso de la miel.
Para el experto, el vidrio es el material recomendado para envasar este tipo de producto, dado que el plástico puede provocar la cristalización del azúcar en la miel.
Sin embargo, el doctor también subrayó que, si bien el plástico no es tóxico, algunos de sus componentes pueden interrumpir la calidad del producto envasado.
Acerca de la viabilidad del regreso al uso de envases de vidrio como alternativa a los microplásticos, el investigador reconoció la importancia de mejorar los procesos de fabricación de vidrio y los materiales usados en las tapas, ya que los plásticos presentes en estos envases son los que pueden liberar partículas indeseables en los alimentos.
En cuanto a la biodegradabilidad de los materiales, el experto opinó que existe la necesidad de educar a los consumidores, quienes deben aprender a distinguir entre materiales biodegradables y compostables.
Finalmente, hizo un llamado a la transparencia en las etiquetas y a la regulación de los sellos "biodegradables" para evitar fraudes.
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