El presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para poner fin a la “adquisición y el uso forzado de pajitas de papel”. Estas pajitas ya no están disponibles en los edificios federales y la orden exige el desarrollo de una "Estrategia nacional para poner fin al uso de pajitas de papel en un plazo de 45 días”.
Los objetivos clave de esta orden son:
- Se ordena al gobierno federal dejar de comprar pajitas de papel y garantizar que ya no se proporcionen en los edificios federales.
- La Orden requiere el desarrollo de una Estrategia Nacional para Poner Fin al Uso de Pajitas de Papel dentro de 45 días para aliviar el uso forzoso de pajitas de papel en todo el país.
La introducción de pajitas de plástico no solo tiene que ver con la conveniencia, sino también con el desmantelamiento de las principales políticas que apoyan la innovación y abordan el daño ambiental causado por las grandes empresas.
Los especialistas señalan que las políticas del presidente Trump promueven el crecimiento económico al tiempo que mantienen estándares que permiten a los estadounidenses tener el aire y el agua más limpios del mundo.

¿Por qué no funcionan las pajitas de papel?
De acuerdo a la hoja informativa expuesta por la Casa Blanca, las pajitas de papel no benefician por estas razones:
- Utilizan sustancias químicas que pueden suponer riesgos para la salud humana, incluidas las PFAS (sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo), conocidas por ser altamente solubles en agua y que pueden filtrarse de la pajita a una bebida.
- Un estudio descubrió que, si bien se encontraron PFAS en pajitas de papel, no se encontraron PFAS medibles en pajitas de plástico.
- Son más caras que las de plástico y a menudo obligan a los usuarios a utilizar varias.
- No son la alternativa ecológica que dicen ser, ya que estudios han demostrado que producir pajitas de papel puede tener una mayor huella de carbono y requerir más agua que las pajitas de plástico.
- Las pajitas de papel a menudo vienen envueltas individualmente en plástico, lo que socava el argumento ambiental que justifica su uso.

La estrategia que promueve un ambiente saludable
De acuerdo con la Casa Blanca, el presidente Trump estable como máxima prioridad la promoción de un ambiente limpio y saludable para el pueblo estadounidense.
En ese sentido, las políticas del presidente Trump promueven el crecimiento económico, al tiempo que mantienen estándares que permiten a los estadounidenses tener el aire y el agua más limpios del mundo.
Esto destaca un marcado contraste con la Administración anterior, que no “cuidó” los recursos de los contribuyentes estadounidenses en mostrar virtudes en lugar de implementar soluciones efectivas.
Mientras tanto, el enfoque sensato del presidente Trump hacia la conservación del medio ambiente demuestra su verdadero compromiso con la preservación de los recursos naturales de Estados Unidos.
El mandatario ha defendido una mejor gestión forestal para prevenir los incendios forestales que están devastando comunidades y ecosistemas en todo el país.
Al detener la expansión de los molinos de viento, Trump reconoció que su impacto ambiental perjudicial, particularmente sobre la vida silvestre, a menudo supera sus beneficios.

Efectos sobre la industria y los negocios
La Asociación de la Industria Plástica de Estados Unidos acoge con satisfacción la orden de Trump, aunque coincide con el sentimiento de Sutherland de que esta decisión tendrá implicaciones más allá de los utensilios para beber.
“Las pajitas son solo el comienzo. De acuerdo con el director ejecutivo de la Asociación de la Industria Plástica el movimiento 'Back to Plastic ' es un movimiento que debe ser respaldado por todos. El directivo señala que el presidente Trump reconoce el valor de los plásticos y esperan trabajar con su administración para hacer avanzar la industria.
“Sabemos que el plástico es el mejor material para casi todo lo que se utiliza, y al mismo tiempo es sostenible”, concluye.
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