El uso de productos de fibra moldeada, utilizados en el envasado de alimentos y bebidas, está ganando impulso y hoy este tipo de soluciones están siendo dirigidas hacia aplicaciones más avanzadas que están cambiando la ruta de la industria del empaque.
Por un lado, las regulaciones más estrictas para proteger el ambiente están impulsando la necesidad de reducir los residuos generados por plásticos de un solo uso, destaca un informe de RaboResearch, de Rabobank.
A esta presión se suman los avances tecnológicos que permiten la creación de revestimientos de barrera y la mejora de los procesos de fabricación, lo que hace que estos productos de fibra moldeada sean cada vez más competitivos frente a alternativas menos sostenibles.
Lo anterior aunado a la mayor demanda de los consumidores de opciones de envases menos invasivos en el ecosistema. Ello está impulsando a las marcas a buscar soluciones que no solo respondan a las exigencias medioambientales, sino que también ofrezcan funcionalidad y calidad.
El sector del envasado, especialmente en la venta al por menor y los servicios de alimentos, se está adaptando a esta nueva tendencia, lo que refleja una evolución hacia un futuro menos dependiente del plástico.
No obstante, una vez que las regulaciones para reducir los residuos de envases de plástico de un solo uso entren en vigor en América del Norte y Europa, proporcionarán al mercado la certeza necesaria para ampliar la producción de envases de fibra moldeada y aumentar su adopción.
Retos de la fibra moldeada
Especialistas explican que la fibra moldeada es un material de embalaje sostenible y biodegradable, fabricado a partir de pulpa de papel reciclado o fibras vírgenes, como madera o caña de azúcar.
Este tipo de material se utiliza principalmente para producir envases, contenedores y productos de protección para alimentos.
Ofrecen una gran ventaja por su capacidad para absorber impactos en productos sensibles como huevos, frutas y bebidas, por lo cual es ideal para envasar y transportar productos delicados.
A pesar de su potencial, el aumento de la producción de envases de fibra moldeada se enfrenta a desafíos, algunos de ellos son:
- Rendimiento y funcionalidad del embalaje
- Mayores costos asociados
- Competencia de otras alternativas a los plásticos de un solo
Aunque se están desarrollando “tecnologías innovadoras” en este campo, los expertos de RaboResearch señalan que son necesarios más avances en la tecnología de recubrimientos barrera y una mayor eficiencia en los procesos de fabricación para reducir los costos de producción.
“Aunque actualmente se están desarrollando tecnologías innovadoras y se están llevando a cabo proyectos para aumentar la capacidad de producción, todavía se necesitan avances continuos en la tecnología de recubrimiento de barrera y una mejor eficiencia de procesamiento para reducir los costos”, dijo Xannan Li, analista de Embalaje y Logística en RaboResearch.
Estas mejoras tecnológicas son importantes para que la fibra moldeada pueda competir en un “piso parejo” con otras soluciones más consolidadas para ganar mayor participación en el mercado.
No obstante, ante la incertidumbre de la entrada en vigor de las regulación sobre el uso de plástico de un solo uso en la industria del embalaje y envases, la especialista cree que algunas empresas, minoristas y cadenas de comida rápida podrían ser más cautelosas y esperar a las regulaciones finales antes de optar por cambiar a nuevas alternativas como la fibra moldeada.
Uno de las iniciativas de los cambios a la regulación propone la adopción de envases reutilizables. En el proyecto de Ley de la Directiva sobre envases y residuos de envases (PPWR) de la Unión Europea se propone que el 10% de los envases en el sector de comida rápida sean reutilizables para 2030.
Con todo y eso es optimista y confía en ver una adopción más rápida de la fibra moldeada en el servicio de alimentos, así como en otras categorías del segmento minoristas de nicho y alto margen.
Otras alternativas
Para Xinnan Li, aunque la fibra moldeada se está consolidando como una opción viable para reemplazar muchos productos plásticos de un solo uso, no es la única alternativa en el mercado de empaques de alimentos y bebidas.
El cartón plegable (folding carton) compite directamente, especialmente en productos alimenticios como los recipientes para ensaladas y las cajas tipo clamshell (conocidas también como conchas).
Xinnan Li puntualiza que el cartón plegado comparte cualidades con la fibra moldeada, ya que ambos son materiales hechos de papel. Esto hace que el cartón plegado también se beneficie de los próximos cambios regulatorios y de las mejoras en los recubrimientos barrera.
La fibra moldeada sigue ocupando espacio importante en la industria del empaque, especialmente en mercados donde la versatilidad de usos es similar a la del plástico.
Sin embargo, a pesar de las ventajas de la fibra moldeada sigue siendo de un solo uso, lo que puede limitar su efectividad a largo plazo en la reducción de residuos de embalajes.
Crecimiento sostenido de la fibra moldeada
El mercado de envases de fibra moldeada alcanzó un valor de 10 mil 696 millones de dólares en 2023 y se prevé que continúe su expansión, creciendo a una tasa anual compuesta del 5.31 por ciento hacia el 2032.
Por lo que en los próximos ochos años se estima que el mercado llegará a un valor cercano de 17 mil millones de dólares para 2032, según un análisis de Market Research Future.
“Con el cambio climático como una preocupación global creciente, tanto consumidores como empresas buscan soluciones que ayuden a reducir la huella ambiental, particularmente la de los plásticos de un solo uso”, subrayan los especialistas de la firma de análisis.
El Banco Mundial prevé que la cantidad de residuos generados a nivel mundial aumente en las próximas décadas, alcanzando los 3 mil 400 millones de toneladas para 2050.
Ante esta situación, se anticipa que las regulaciones ambientales más estrictas impulsarán aún más la demanda de envases de fibra moldeada, que son biodegradables y fabricados en gran parte a partir de materiales reciclados.
A diferencia de los envases de plástico y espuma de poliestireno, que no son biodegradables, los envases de fibra moldeada se descomponen naturalmente, lo que los convierte en una alternativa más respetuosa con el ambiente.
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