Estudio alerta sobre los riesgos metabólicos en los envases de plástico para alimentos

Un estudio del equipo de investigación de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) destaca la presencia de productos químicos nocivos en los envases de plástico de alimentos, lo que indica la necesidad de un diseño de plástico más seguro y químicamente más simple para abordar las preocupaciones ambientales y de salud humana.

El estudio, que examinó los envases de salchichas, arándanos, queso y yogur de cinco países: Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur, Reino Unido y Noruega, encontró una asombrosa variedad de productos químicos, muchos de los cuales plantean riesgos potenciales para la salud.

“La investigación muestra que muchos productos químicos están presentes en los materiales plásticos en contacto con alimentos de varios países. De hecho, muchos de estos productos químicos en los plásticos siguen sin identificarse. Por lo tanto, su seguridad no puede ser evaluada ni garantizada", señala el investigador del NTNU, Martin Wagner.

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Minimizar riesgos en los envases

El estudio identificó "huellas dactilares" químicas únicas en el empaque de diferentes productos alimenticios, con una muestra que contenía 9 mil 936 sustancias químicas distintas. Según la investigación, también se descubrió que los productos que contenían menos productos químicos contenían menos sustancias nocivas.

Los investigadores estaban particularmente preocupados por la presencia de miles de productos químicos desconocidos en los envases investigados, algunos de los cuales podrían ser dañinos.

"La eliminación de productos químicos tóxicos conocidos es el primer paso para mejorar la seguridad de los materiales en contacto con los alimentos. Muchos de estos productos químicos son conocidos y deben ser reemplazados por alternativas más seguras, dado que estas se prueban rigurosamente", destaca Wagner.

Los hallazgos del estudio señalan que en los países que no están regulados o donde las regulaciones no se aplican, la contaminación es una posibilidad debido al uso de prácticas no calificadas.

Esto significa que los materiales que se importan a países con controles siempre deben ser validados para que cumplan con estrictos estándares de seguridad, independientemente de dónde se utilicen.

Los especialistas abogan por el uso de plásticos reciclados, haciendo hincapié en que se someten a un proceso de reciclaje preaprobado diseñado para eliminar eficazmente cualquier contaminación externa.

Mejorar la salud es prioridad

Según los científicos, la composición general y la toxicidad de las mezclas químicas en los productos plásticos del mundo real aún deben comprenderse mejor. Aunque la investigación no examinó específicamente si estos productos químicos migran de los envases a los alimentos, los científicos creen que es probable.

Se sabe que algunos de los productos químicos que se encuentran en los plásticos, como los bisfenoles y los ftalatos, tienen efectos adversos para la salud. Las sustancias químicas que se encuentran en los envases, los alimentos, el agua, el aire y los productos personales pueden provocar problemas que pueden transmitirse de generación en generación, según un estudio en animales realizado por la Sociedad de Endocrinología.

En ese sentido, los científicos enfatizan que la industria alimentaria tiene un papel clave que desempeñar en la mejora de la seguridad de los envases.

Cuenta con los medios para eliminar los productos químicos tóxicos de los envases en todas las cadenas de suministro, mejorando así la seguridad y la circularidad de los envases y otros materiales en contacto con los alimentos. Esto mejoraría su huella ambiental, la confianza de los consumidores y la salud pública.

Mientras tanto, se cree que los propietarios de marcas y los recicladores comparten la responsabilidad de garantizar que se mantengan constantemente altos estándares en los plásticos reciclados.

Finalmente, la investigación destaca que los productos químicos nocivos regulados por los estatutos de la UE y los Estados Unidos nunca deben usarse en aplicaciones en contacto con alimentos.

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