La de certificación de productos y servicios de diseño ecológico, ISO 14006, indica que el ecodiseño promueve la integración de aspectos ambientales en el diseño y desarrollo del producto, con el objetivo de reducir los impactos ambientales adversos a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto como el aluminio.
Así, el ecodiseño se define como la incorporación de criterios ambientales en la fase de concepción, diseño, desarrollo, transporte y reciclaje de cada producto, tratando de adoptar las medidas y decisiones necesarias con el fin de disminuir el impacto ambiental que pueda ocasionar cada una de las diferentes fases de su ciclo de vida, desde la producción hasta la eliminación del mismo.
Al respecto, Jon de Olabarria, secretario general de la Asociación Española del Aluminio, señala que son productos donde el factor ambiental pasa a ser un requisito más de primer orden en la toma de decisiones de todo el proceso del producto, otorgándosele la misma importancia que a otros factores, tales como el coste, la seguridad o la calidad.
La AEA desde hace años trabaja mano a mano con sus asociados en la implementación de estos criterios de sostenibilidad en su producción. La acción es más que notable si se tiene en cuenta que el aluminio es un material sumamente presente en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, y en industrias tan fundamentales como la alimentación, el transporte y la automoción, la construcción o la electrónica, entre otros.
Es precisamente en estas industrias, donde desde gobiernos y sociedad se está poniendo el foco y se concentra la demanda por crear y desarrollar una producción desde la óptica del ecodiseño.
Diseño eco infinitamente reciclable
El aluminio es 100% reciclable sin que ello suponga una merma de sus cualidades. Pero no solo eso; además, la energía que precisa para su proceso de reciclado apenas alcanza el 5% de la energía que fue necesaria para producir aluminio primario.
Es decir, producir aluminio reciclado sale mucho más a cuenta al medio ambiente, que producir nuevo aluminio. Otro rasgo más a destacar del aluminio es que es un material que puede reciclarse cuantas veces se quiera.
En definitiva, se trata de un producto “infinitamente reciclable” con un consumo de energía muy bajo para ello. Un dato importante en este sentido: el 75% del aluminio producido a lo largo de la historia sigue en fase de uso.
Esta cifra nos da una pista acerca de cómo el aluminio es un material que dura a través del tiempo, que no deja de reinventarse y de cumplir con sus fines de una manera eficaz y eficiente.
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El ecodiseño de los productos de aluminio
El diseño eco de un producto no se basa en factores como la reciclabilidad. Hay otros indicadores igualmente importantes a la hora de tomar en cuenta la sostenibilidad de un producto.
Por ejemplo, el consumo de energía que precisan en su producción, algo que en el aluminio hemos visto que se cumple, ya que la energía que requiere para su proceso de reciclaje es mucho menor que para una producción primaria.
Otros factores serían la cantidad de material, el peso de estos, o la durabilidad de los productos. Y en todos ellos, el aluminio sigue destacando por encima de otros materiales: a pesar de su ligereza y fácil manejo, es altamente resistente, duro y duradero.
La ligereza de este material hace que en el transporte de estos productos se consuma una menor cantidad de energía, o que aquellos medios de transporte que lleven este material incorporados pesen menos y, por tanto, también necesiten menos energía para su desplazamiento.
Todos estos datos factores hacen que, desde el sector del aluminio, estemos convencidos de que nos encontramos frente al material del futuro. Un material que será embajador en muchos sectores en el camino hacia el modelo de la economía circular.
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