El tereftalato de polietileno (PET) es un material de embalaje altamente eficiente y reciclable, lo que lo convierte en uno de los más sostenibles para el envasado a nivel global. Su uso se extiende en diferentes industrias por la versatilidad que lo caracteriza.
Se trata de un material, caracterizado por ser transparente, resistente y liviano, es usado comúnmente en botellas y envases. Además, es uno de los tipos de plásticos más usados y reciclados.
Debido a todas las propiedades del PET y a las ventajas que ofrece, se ha convertido en uno de los materiales preferidos de las empresas a la hora de utilizarlo como packaging o como medio de contención de productos.
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Principales características del PET
Una de las principales características del tereftalato de polietileno (PET) es su alta resistencia y pureza debido a sus propiedades químicas. Este plástico es el resultado de la condensación de dos químicos: etilenglicol y ácido tereftálico.
Estos químicos contribuyen a que las propiedades del PET sean:
Máxima protección de los alimentos
Este plástico se compone por ciertas propiedades mecánicas con optimización de espesores. Se puede utilizar como una excelente barrera para proteger el contenido almacenado en su interior del CO2 y de otros agentes externos. Otra característica de los envases PET es que son compatibles con otros materiales, los cuales contribuyen a mejorar la calidad de la barrera del material y permiten su uso en mercados especializados.
Degradación química
El PET es resistente a la biodegradación y se puede degradar mediante procesos químicos para proceder a su reutilización para un nuevo producto o generación de combustibles.
Para lograrlo, es necesario conocer las propiedades físicas y mecánicas de los desechos que contienen material PET en sus componentes. De esa forma se podrá establecer un tipo de degradación química acorde a sus características.
Resistente al desgaste
Posee una alta resistencia al desgaste y a la corrosión, además de lograr conservar la temperatura del producto y mantenerlos fuera del alcance del polvo, la grasa y otros factores tóxicos que puedan estar presentes en el ambiente.
¿Cómo se procesa el PET?
El procesamiento del PET involucra varias etapas que permiten convertir la resina en diferentes formas y productos. Algunos de los procesos más comunes, según el tipo de aplicación son:
- Extrusión: Se utiliza para convertir el PET en diferentes formas, como películas, láminas o fibras. En este proceso, la resina de PET se derrite y se fuerza a través de una boquilla para formar una forma continua. Inmediatamente, el material se enfría y se solidifica para obtener el producto deseado.
- Moldeo por inyección: En este proceso, la resina de PET se calienta y se inyecta a alta presión en un molde, donde se enfría y se solidifica para adquirir la forma deseada. Este método es utilizado en la fabricación de envases, botellas, tapas y otros productos de PET.
- Soplado de botellas: Comienza con la extrusión de un tubo o preforma de PET, que luego se coloca en un molde. El molde se cierra y se aplica aire comprimido para expandir el tubo o preforma y darle forma de botella. Después del enfriamiento, se retira del molde y se procede al llenado y sellado.
- Termoformado: En este proceso, la lámina de PET se calienta y se coloca sobre un molde, luego se aplica vacío o presión para dar forma al material a la forma deseada del molde. Posteriormente, se enfría y se retira del molde.