La practicidad de una tapa a rosca está modificando los hábitos de los envasadores de vino que, poco a poco, se animan a cambiar el tradicional corcho por el denominado cierre Stelvin.
Sin embargo su utilidad por el momento se restringe a los vinos más jóvenes, consumibles dentro de los dos años de vida, ya que de esa forma se garantiza mantener la frescura.
Tanto en su versión Stelvin común como De Luxe, estas opciones son ideales en vinos de precio medio o bajo, cuya calidad no es la mejor, ya que superan en eficacia al corcho colmatado o de baja calidad.
Sin embargo, y al contrario de lo que se piensa, esta tecnología es más costosa que los buenos corchos naturales.
Beneficios de la tapa a rosca
Las ventajas de la tapa a rosca Stelvin es su fácil apertura, sin necesidad de apoyar la botella en la mesa ni usar algún accesorio. Además, elimina la posibilidad de que el vino sea contagiado con el TCA a causa del corcho.
En Argentina comenzó a implementarse pocos años atrás sólo en algunos vinos blancos, ya que los bodegueros consideran mucho la mala imagen que pesa sobre los vinos con tapa a rosca.
En cambio en Estados Unidos y Australia, por ejemplo, hace tiempo que valoran las ventajas de este sistema y ya tienen numerosas etiquetas de vinos blancos, rosados y hasta tintos de alta gama con tapa a rosca. Lo mismo ocurre en Europa, sobre todo para sus blancos y rosados, y también para vinos tintos de consumo joven.
Fuente: El conocedor