Los organismos de regulación, normalización y acreditación de América Latina y el Caribe constituyeron, oficialmente, la Alianza Ambiental de América, para impulsar el primer programa regional de etiquetado sostenible o ecológico.
Este acuerdo representa un paso importante hacia la estandarización y promoción del etiquetado ecológico, el cual tiene el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a través del financiamiento de Alemania.
Bajo esta alianza se promoverá el comercio sostenible y, al mismo tiempo, se mejorarán las opciones de los consumidores, en un mercado de más de 450 millones de personas.
"Esta iniciativa es crucial para conectar con los productores y consumidores sobre el impacto ambiental de los productos que compran, a través de información clara y confiable”, comentó Sheila Aggarwal-Khan, directora de la División de Industria y Economía del PNUMA.
Destacó que para tratar la crisis del planeta en cuanto al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, depende en gran medida de modificar las prácticas de producción y los comportamientos de los consumidores.
Por ello, la Alianza pretende empoderar a los consumidores, las empresas y los actores de la esfera pública para que tomen decisiones mejor informadas sobre los productos de alto impacto, que van desde alimentos hasta los productos de plástico.
Entonces lo que se busca es que cada producto debe cumplir con criterios específicos para obtener la etiqueta ecológica o sustentable, asegurando que los consumidores reciban información confiable sobre la forma en que se fabricó el producto.
Compras mejor informadas
Esto permite a los consumidores tomar decisiones de compra informadas y responsables, lo que lleva a un cambio en las prácticas de producción y en la calidad de las producciones.
Lo anterior también lleva a las empresas a reducir los costos operativos y los riesgos comerciales a largo plazo, al tiempo que contribuye al fortalecimiento de las economías locales y a la creación de empleos ecológicos.
Los gobiernos de Colombia, Ecuador y Costa Rica resaltaron que dicha medida permitirá a los consumidores tomar decisiones de compra informadas y responsables, lo que llevará a un cambio en las prácticas de producción y en la calidad de las producciones.
Con ello, las empresas podrán reducir los costos operativos y los riesgos comerciales a largo plazo, al tiempo que apoyaran con el desarrollo de las economías locales y a la creación de empleos ecológicos.
La Alianza Ambiental de América está integrada por Costa Rica, Ecuador y México, junto con instituciones de Colombia, Brasil, Paraguay, Panamá, Uruguay, la República Dominicana, El Salvador y Honduras.
En conjunto, estos países representan un mercado de consumo de 450 millones de personas.
Etiquetado “verde” en la industria de alimentos
Los consumidores apoyan cada vez que se adopte una etiqueta ecológica universal para los productos alimenticios, y más de dos tercios de los consumidores de toda Europa dicen que utilizarían dicha herramienta para ayudarles a tomar decisiones más sostenibles.
Lo anterior fue el resultado de un estudio publicado por el Observatorio de Consumidores de Alimentos del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT).
La investigación se basó en una encuesta de casi 10 mil consumidores de 18 países europeos.
Un dato a destacar es que 67 por ciento dijo que usaría una etiqueta de este tipo, mientras que solo el 13 por ciento sintió que sería poco probable que lo hiciera.
La investigación encontró que casi dos tercios de los europeos, el 63 por ciento, creen que las marcas de alimentos pretenden que sus productos sean más sostenibles de lo que realmente son.
Estandarizar las normas, el reto
El estudio, además, arrojó, que solo el 33 por ciento creen que el gobierno es transparente sobre la regulación de las etiquetas de sostenibilidad en los alimentos.
"En un mundo donde hay cientos de logotipos de sostenibilidad en funcionamiento, actualmente, no hay un estándar universal para estas etiquetas, lo que deja a muchos consumidores confundidos por todos los diferentes símbolos y logotipos en el mercado”, se lee en el documento.
Aunque hoy no hay normas acordadas internacionalmente para el etiquetado de sostenibilidad ambiental, y no hay consenso sobre qué aspectos de la producción sostenible deben medirse, las autoridades europeas están discutiendo el desarrollo de una etiqueta ecológica común. El objetivo es informar a los consumidores sobre el impacto que los productos alimenticios tienen en el clima y en la sociedad.
“Introducir una etiqueta de este tipo, y garantizar que todas las etiquetas ecológicas incluyan información clara y concisa, podría ser la mejor manera de empoderar a los consumidores. Esto ayudará a tomar decisiones informadas sobre cómo lo que comen impacta en el planeta", opinó Klaus Grunert, profesor de la Universidad de Aarhus de Dinamarca y director del Observatorio del Consumidor de Alimentos del EIT.
¿Por qué es importante la etiqueta sostenible?
Un estudio publicado en la revista científica ScienceDirect, el etiquetado ecológico es visto por muchos como una forma de alejar a los productores de una práctica o método de producción ambientalmente indeseable, aprovechando el poder de la elección del consumidor.
A falta de la etiqueta ecológica, los consumidores no tienen forma de saber cómo se produce un bien, ya que lo que el consumidor puede observar (por ejemplo, el sabor, la textura y la durabilidad) no proporciona información si el método de producción es ambientalmente y socialmente responsable.
Es una práctica que tiene ya más de 30 años lanzada o desde 1996 en Europa. Su demanda ha ido en aumento en los últimos años.
Desde marzo de 2024, se han concedido 2 mil 743 licencias para 95 mil 758 productos (que comprenden bienes y servicios) en el mercado europeo. En el 2023 se reportaron un total de 2 mil 584 y en el 2022, un total de 2 mil 270, de acuerdo a un informe de la Unión Europea.
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