Científicos de la Universidad de Edimburgo desarrollaron una forma novedosa de utilizar botellas de plástico como recurso de la industria alimentaria al convertir el PET post consumo en vainilla mediante una serie de reacciones químicas.
El equipo investigador diseñó E. coli en laboratorio para transformar el ácido tereftálico, una molécula derivada del PET, en la molécula conocida por darle a la vainilla su sabor y olor característicos. Los científicos demostraron la técnica convirtiendo una botella de plástico usada en vainilla.
De acuerdo con Stephen Wallace, Investigador principal del estudio, este trabajo desafía la percepción de que el plástico es un desperdicio problemático. Y, en cambio, demuestra su uso como un nuevo recurso de carbono del que se pueden obtener productos de alto valor.
Transformar botellas de plástico en potencia la economía circular
Otros investigadores ya han desarrollado enzimas mutantes capaces de descomponer botellas de plástico en sus unidades básicas. Lo que facilita el reciclaje de las mismas; sin embargo, este descubrimiento destaca por ser útil en términos de economía circular.
Según explica Joanna Sadle, Miembro del equipo investigador de la Universidad de Edimburgo, aproximadamente 50 millones de toneladas métricas de residuos de PET se producen anualmente. Lo cual está provocando graves impactos económicos y ambientales.
"Esto tiene implicaciones muy interesantes para la economía circular. Los resultados de nuestra investigación tienen importantes implicaciones para el campo de la sostenibilidad del plástico. Por lo cual, demuestran el poder de la biología sintética para abordar los desafíos del mundo real", indicó.
Vainilla, la reina de los sabores
La vainilla es el segundo sabor más buscado en alimentos y bebidas después de la menta. El sabor clásico y versátil sigue siendo una plataforma para combinaciones de sabores y nuevas aplicaciones de F&B.
El año pasado, Innova Market Insights informó que los nuevos productos con sabor a vainilla aumentaron en un 24% durante los cinco años anteriores. Además, los investigadores con sede en Edimburgo, informan que la demanda mundial de vainilla superó las 37 mil toneladas métricas en 2018.
Actualmente, la vainilla se puede producir a partir de fuentes naturales y sintéticas, y la mayoría de la vainilla hasta la fecha proviene de fuentes sintéticas. La vainillina derivada de su fuente convencional de vainas de vainilla también continúa recibiendo interés de la industria. A medida que los consumidores buscan alimentos y bebidas con un posicionamiento premium, natural y ético.
Los investigadores dicen que la vainilla producida sería apta para el consumo humano; sin embargo, se requieren más pruebas experimentales. Además, enfatizaron que trabajarán en modificar aún más las bacterias para aumentar la tasa de conversión. También trabajarán en la ampliación del proceso para convertir grandes cantidades de plástico en vainilla.
Te puede interesar: Packaging sostenible: Crece la demanda en consumidores por empaques que generen menos residuos