Las semillas de girasol son un ingrediente funcional en los productos que además de aumentar su valor nutricional ayudará a los consumidores a mejorar su dieta y salud.
Las semillas de girasol de confección o comestibles son granos rayados de colores blanco y negro con una amplia gama de aplicaciones: panificación, aderezos, untables tipo mantequilla, confitados, toppings, botanas, etcétera.
Su consumo disminuye el riesgo de padecer algunas enfermedades.
Semillas de girasol: beneficios al consumirlas
Uno de los principales aportes nutrimentales de las semillas de girasol es su alto contenido de vitamina E, la cual se encuentra en su forma más activa biológicamente, el alfa-tocoferol.
Una onza (28.3 gr) aporta el 100% de la Ingesta Diaria Recomendada (IDR) de este micronutriente.
La vitamina E es liposoluble, lo que significa que para maximizar su absorción se necesita digerir con algo de grasa.
Las semillas de girasol también tienen un alto contenido de grasas insaturadas, lo cual incrementa la absorción de este poderoso antioxidante. La vitamina E ayuda a combatir los efectos de los radicales libres, protegiendo al organismo a nivel celular.
Diferentes estudios científicos sugieren que esta protección de las membranas celulares juega un papel muy importante en la reducción de riesgo de generar enfermedades crónicas como desórdenes cardíacos, cáncer, Alzhéimer y Parkinson.
Las semillas de girasol son excelentes defensoras de la salud cardiovascular por los fitoesteroles y antioxidantes que contienen.
Las semillas de girasol y los antioxidantes
Los fitoesteroles son esteroles de origen vegetal que reducen la cantidad de colesterol LDL.
Altas concentraciones de colesterol LDL (hipercolesterolemia) pueden provocar daño en las paredes de las arterias y el aumento de radicales libres, los cuales oxidan el colesterol acumulado en la arteria iniciando el proceso de ateroesclerosis que desemboca en arterias obstruidas, ataques cardíacos y embolias. El efecto antioxidante de la vitamina E previene este proceso de oxidación.
Las personas con una alta ingesta de Vitamina E alta tienen un riesgo muy bajo de morir por un ataque cardíaco en comparación con las personas que mantienen una ingesta inadecuada.
Diversos estudios sugieren que el efecto antioxidante de la Vitamina E es más fuerte si se obtiene de fuentes naturales en comparación al obtenido por medio de suplementos alimenticios.
Son uno de los alimentos que contienen mayor concentración de este antioxidante: 50% más que las almendras y 7 veces más que las espinacas.
El contenido y tipo de grasas de las semillas de girasol es otro de sus principales atributos nutrimentales, casi el 90% de sus grasas son insaturadas, el tipo más benéfico que existe.
Las grasas insaturadas reducen el riesgo de enfermedades cardíacas, ayudan a bajar los niveles de colesterol “malo” y a mantener el sistema circulatorio saludable.
Una de las estrategias dietéticas para evitar la enfermedad coronaria es intercambiar el consumo de grasas saturadas y trans por grasas insaturadas.
Las semillas de girasol contienen grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, las dos son muy importantes para la salud.
Entre los principales ácidos grasos que componen la semilla de girasol se encuentra el oleico del tipo omega-9 (grasa monoinsaturada que tiene un efecto hipotensor) y el linoléico del tipo omega-6 (grasa poliinsaturada esencial, precursor de diferentes compuestos necesarios para nuestro cuerpo).
Debido a su alto contenido en grasas, es susceptible a la oxidación, efecto que se puede retrasar por el mismo alto contenido de vitamina E que actúa como antioxidante, refrigeración, inyección de nitrógeno o mediante coberturas con antioxidantes e hidro-coloides.
¿Cómo ayudan las semillas de girasol contra la depresión?
Las semillas de girasol son naturalmente bajas en carbohidratos, proveen sólo 4 gr en una porción de 1 onza (28.3 gr), dos de los cuales son fibra.
La fibra es la parte no digerible de alimentos vegetales que a su vez ayudan a reducir el colesterol.
Su aporte de fibra dietética te ayuda a mejorar el sistema digestivo, combatiendo el estreñimiento, por ello son consideradas un alimento depurativo. También ayudan a mantener saciedad por más tiempo, por lo que son un extraordinario aliado en el control de peso.
Además, la semilla de girasol produce un efecto antidepresivo de forma natural. Gracias a su contenido de magnesio, selenio, triptófano y vitamina B6 mantiene de buen humor, relaja y ayuda a que el sistema nervioso funcione correctamente.
Un cuarto de taza de semillas de girasol contiene más del 32% de la ingesta diaria recomendada de magnesio, un mineral cuyas funciones van más allá de mantener un buen estado de ánimo en las personas.
El magnesio es el “bloqueador de canales” natural en el cuerpo, previene que el calcio active excesivamente los nervios, enviando demasiados mensajes y causando contracciones musculares excesivas.
La deficiencia de magnesio provoca un aumento en la presión arterial, espasmos musculares que incluyen al corazón, y espasmos en las vías respiratorias que caracterizan al asma.
Importante aliado durante el embarazo
En el embarazo, las semillas de girasol son una de las mejores aliadas, ya que además de satisfacer los antojos espontáneos, su rico contenido de ácido fólico ayuda a que el bebé se desarrolle correctamente evitando complicaciones y malformaciones en el feto.
Las semillas de girasol también actúan como un regulador natural de PH gracias a su gran contenido mineral, manteniendo al cuerpo en un nivel de PH óptimo, que es ligeramente cargado al lado alcalino de la escala.
Gracias a su rico contenido de potasio, magnesio, calcio, fósforo, selenio y proteína vegetal, son una magnífica botana para los deportistas, ya que hacen un alimento ideal para incrementar energía y que la recuperación de los músculos sea óptima.