El color de nuestros alimentos y el entorno en el que comemos pueden tener un impacto en nuestros hábitos alimenticios. Influye en las preferencias y percepciones de sabor, así como en la elección de los alimentos.
“Hoy los consumidores esperan nuevos sabores y formatos, ya sea para deleitar sus sentidos o para mejorar su salud en todas sus formas”, sostiene el estudio “Perspectivas de sabor y color para 20242, desarrollado por Archer Daniels Midland (ADM), una empresa estadounidense de agricultura.
Los especialistas explican que hoy, las estrategias basadas en la psicología o ciencia del color, han encontrado que los consumidores seleccionan productos que se relacionen con sus valores personales, como la sostenibilidad o la adopción de un estilo de vida más saludable.
Es por ello que los colores verdes, blanco y hasta beige, se han convertido en sinónimos de lo natural y orgánico.
Colores vibrantes para nuevas experiencias
Hoy, la tendencia es adoptar colores “poco convencionales” en la industria de alimentos para atraer a más consumidores y ofrecer nuevas experiencias sensoriales.
“Cada color tiene su propio ‘vibe’. Los vibrantes y llamativos pueden despertar la curiosidad o disposición por probar algo nuevo, otros nos brindan una sensación de familiaridad y seguridad”, se lee en el estudio.
En regiones de Asia, América del Sur e incluso el Mediterráneo ha sido una prioridad desarrollar alimentos y bebidas cada vez más novedosos, con colores vibrantes como el rojo, azul, rosa, amarillo y hasta morado.
Las tonalidades generan una sensación de “pasión, energía, entusiasmo y creatividad”, de acuerdo con los especialistas.
Hay estudios que asocian el rojo con la madurez de las frutas y la carne, lo que puede estimular el apetito. En contraste, el azul por ser poco convencional en las frutas o en la naturaleza, funciona como un supresor del apetito.
Mientras que el verde se asocia con lo natural, con vegetales frescos y con la naturaleza o la salud.
Cuatro tendencias del color en la industria
La investigación afirma que en el 2025 los consumidores preferirán sabores y colores vibrantes, que reflejen sus deseos personalizados, con nuevos sabores y formatos.
Los especialistas destacan cuatro tendencias que marcan el rumbo de los colores en los hábitos alimenticios y elección de productos. Ello genera oportunidades para la innovación y el desarrollo.
1. Autoexpresión de Lujo
En un mundo cada vez más consciente de los costos, los consumidores buscan formas de expresar su identidad y estatus a través de experiencias exclusivas.
Los colores que reflejan esta tendencia se centran en los azules fuertes, rojos, naranjas, marrones y morado. Se relacionan con ingredientes como las fresas y la canela.
La tendencia hacia la autoexpresión de lujo se manifiesta en una variedad de formas, tales como:
- Liberar lo "Phygital": La fusión de lo físico y lo digital está dando lugar a nuevas experiencias gastronómicas. Tendencias virales en redes sociales están inspirando productos físicos, creando un puente entre el mundo online y offline.
- Refresco, Indulgencia y Delicias Máximas: Los consumidores buscan placer sensorial a través de sabores intensos y colores vibrantes. La comida y la bebida se convierten en un vehículo para expresar emociones e identidad.
- Consumo Consciente: Aunque se busca el lujo, los consumidores también valoran la sostenibilidad y la ética. Los productos deben reflejar los valores personales de los consumidores para resonar con ellos.
2. Atreverse a Imitar (#dupe)
La búsqueda por lo accesible ha dado lugar al fenómeno del #dupe, donde los consumidores buscan versiones más económicas de sus productos favoritos o reinterpretaciones de clásicos.
Por ello, los tonos pasteles como el rosa, amarillo, azul y verde dan forma a este estilo vinculado a alimentos como el pistache, la cúrcula, la toronja y el melón.
- Affordabilidad: Los productos imitación han evolucionado más allá de simples copias baratas. Marcas propias de alta calidad están ofreciendo alternativas accesibles sin sacrificar la experiencia.
- Replicar sabores y colores: La industria está explorando formas de recrear sabores conocidos en nuevos formatos y de sustituir colorantes artificiales por opciones naturales.
- Autenticidad redefinida: Los consumidores buscan productos que evoquen recuerdos y emociones, independientemente de la marca. La autenticidad se convierte en una conexión personal con el pasado.
3. Salud son escondite
La funcionalidad ya no es un extra, sino una expectativa básica. Los productos saludables deben ser atractivos y deliciosos para conquistar al consumidor.
Los colores que se relacionan con este tipo de alimentos están entre los espectros amarillos, el caqui, el verde pistache y oliva, además del violeta intenso y el rosa floral.
- Fermentación funky: El uso de vinagre, kombucha y otros fermentados está en auge, aportando sabores ácidos y complejos a los alimentos y bebidas. Además, se asocia con beneficios para la salud digestiva.
- Señales de sabor y color: Los productos funcionales pueden utilizar sabores y colores para transmitir sus beneficios al consumidor.
- Sabor y funcionalidad: La creciente demanda de productos reducidos en grasas, azúcares y sal plantea un desafío para la industria: ofrecer opciones saludables sin sacrificar el sabor.
4. Rompiendo fronteras del sabor y el color
La experimentación con sabores y colores inusuales está ganando terreno. Las redes sociales amplifican estas tendencias, convirtiendo productos novedosos en éxitos masivos.
Entre los colores que dan forma a esta tendencia están los rojos atrevidos; los rosas vibrantes, los púrpuras intensos y azules refinados. Así como los amarillos fuertes y verdes terrosos. Estos tonos se vinculan con alimentos como la uva, bluberry, el lichi y la shacha china.
- Experiencias gastronómicas: Los consumidores buscan sensaciones intensas a través de combinaciones de sabores y colores sorprendentes.
- Sabores y colores desafiantes: La exploración de ingredientes y técnicas poco convencionales permite crear productos únicos y memorables.
Estas cuatro tendencias están redefiniendo la industria alimentaria.
Las marcas que logren adaptarse a estos cambios y ofrecer productos que satisfagan las necesidades y deseos de los consumidores estarán en una posición ventajosa.
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