La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un dictamen científico que concluye que la baya milagrosa seca (DMB) es segura para su uso en complementos alimenticios con un nivel máximo de ingesta de 0.7 gramos por día para adultos, excluidas las mujeres embarazadas y lactantes.
Baïa Food es la start-up española de tecnología alimentaria detrás de la aplicación de novel food de la Unión Europea sobre los frutos secos de Synsepalum dulcificum. La planta es conocida por sus frutas llenas de antioxidantes llamadas bayas milagrosas.
La miraculina, la glicoproteína bioactiva que se encuentra en la pulpa de la baya, hace que los alimentos agrios y ácidos que posteriormente se consumen para tener un sabor dulce. Por lo tanto, las bayas milagrosas proporcionan una solución dietética natural para ayudar a los consumidores a reducir su ingesta de azúcar y edulcorantes artificiales.
El potencial de la baya milagrosa
Loan Bensadon, co-director geneal de Baïa Food identificaron en 2013 el "potencial sin explotar" de las bayas milagrosas como una estrategia natural de reducción de azúcar. Por lo que Las bayas milagrosas pueden ayudar a introducir nuevas fuentes de alimentos a los consumidores sin sacrificar el buen gusto.
“El dulzor provocado por la miraculina es uno de los más similares al azúcar de mesa y ese es el verdadero beneficio. Después de consumir los nuevos alimentos, comer yogur natural o beber kombucha, por ejemplo, es mucho más sabroso”, explica el cofundador Guillermo Milans del Bosch.
El beneficio de la trazabilidad
Mediante la promoción del cultivo sostenible de Synsepalum dulcificum, la empresa se propuso establecer volúmenes lo suficientemente grandes de materia prima para futuras autorizaciones. De esta forma, Baïa Food monitorea sus bayas milagrosas, provenientes de pequeñas granjas en Ghana, en toda la cadena de suministro a través de un método patentado libre de pesticidas.
“Producimos y abastecemos nuestros frutos en el país de origen donde se originó la especie botánica. Promovemos métodos de cultivo multicultivo, plantando los arbustos en combinación con otros cultivos como cocoteros, papayas o mangos para fomentar la biodiversidad en la zona”, explica Bensadon.
Con instalaciones que utilizan energía solar y biogás, el procesamiento de la fruta se lleva a cabo en Ghana y continúa en Europa. Se adhieren a los estándares de seguridad de las normas internacionales destacadas, el Consorcio minorista británico y las buenas prácticas de fabricación.
Te puede interesar: Nature Punnet, envase sustentable para bayas