Algunos países de América como Estados Unidos, Brasil y Argentina están trabajando para evitar una crisis alimentaria por falta de trigo, soya y maíz debido a la guerra en Ucrania. Estos países podrían jugar un decisivo rol con sus exportaciones, pero este potencial tiene algunas fisuras, como el alza de precios, la sequía en el sur del continente y la necesidad de una agricultura más tecnificada.
Ante la incertidumbre sobre el conflicto bélico, los precios de productos agrícolas, fertilizantes y el gas natural se han disparado alcanzando récords históricos. Por ejemplo, el caso de los cereales, que en febrero subieron un 3 % con respecto al mes anterior, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Rusia y Ucrania son conocidos como "el granero de Europa" y representan el 29 % de las exportaciones mundiales de trigo y el 19 % de las de maíz. Pero el intercambio comercial está paralizado por la guerra, lo que pone en riesgo un sistema alimentario del que dependen cerca de 44 países.
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Crisis alimentaria podría ser la más severa desde la segunda guerra mundial
La guerra va a aumentar los gastos mensuales del Programa Mundial de Alimentos en 71 millones de dólares debido al alza en los precios de los alimentos, combustible y transporte. Eso suma un total de 850 millones de dólares al año y significa que habrá 4 millones de personas a las que no podrán llegar.
De acuerdo con David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Ucrania y Rusia producen el 30% del suministro global de trigo, 20% del suministro mundial de maíz y el 75-80% del aceite de semilla de girasol. La agencia de la ONU compra el 50% de sus granos de Ucrania, india
Beasley explica que el programa llega en estos momentos a cerca de un millón de personas dentro de Ucrania. Y alcanzará a 2.5 millones en las próximas cuatro semanas, a 4 millones a finales de mayo. Y, con suerte, a 6 millones a finales de junio.
El precio es de unos 500 millones de dólares para los tres primeros meses y “nos faltan unos 300 millones de dólares, así que vamos a tener que redoblar esfuerzos”, indica.
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