París, (EFE).- La agencia sanitaria francesa advierte de que un 77% de los alimentos transformados tienen algún tipo de azúcar o de edulcorante, algo que ocurre incluso en productos salados, y eso pese a que constata que ha habido “una disminución significativa” del porcentaje en que aparecen.
En un estudio publicado este martes, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (Anses) hace un repaso de 54.000 productos presentes en el mercado francés entre 2008 y 2020 para establecer un repertorio de los que llevan ese tipo de componentes cuyo consumo habría que reducir para prevenir la obesidad o la diabetes.
Su resultado es ese 77 % de productos que contienen al menos un ingrediente azucarado o un vector de gusto azucarado, como puede ser la sacarosa, el azúcar, el jarabe de glucosa o de fructosa, el aspartamo, la dextrosa, el jarabe de melaza o el concentrado de zumo de frutas.
Sacarosa presente en el 58% de los productos
La sacarosa, equivalente del azúcar de mesa, es el más corriente, ya que está presente en el 58 % de los alimentos.
Además, en un 59 % se utiliza una combinación de varios de esos ingredientes. La Anses reconoce que en los diez últimos años se ha producido “una disminución significativa” del porcentaje de alimentos transformados con azúcares, y eso ha ocurrido sobre todo en los productos salados.
Menos sucedáneos de azúcar y edulcorantes de síntesis Se ha debido en parte a cambios que han llevado a cabo los industriales en las formulaciones para privilegiar “ingredientes muy corrientes como el azúcar blanco o sacarosa, o aquellos percibidos como más ‘naturales’, como los zumos de frutas”. Se ha hecho en detrimento de los jarabes de azúcar o los edulcorantes de síntesis.
Julie Gauvreau-Béziat, una de las responsables del informe, puntualiza que no han examinado las cantidades de ingredientes azucarados porque normalmente no están indicados en las etiquetas, que es lo que se ha escrutado.
Es decir -subraya Gauvreau-Béziat-, “los resultados no muestran forzosamente una disminución de la cantidad total de azúcares en los productos” ya que “la supresión de un ingrediente azucarado puede ir de la mano de la revisión de la proporción de los demás”.
En paralelo, la Anses divulga otro estudio sectorial sobre la evolución de la oferta y de la calidad nutricional, sobre todo la cantidad de azúcares, de las bebidas refrescantes sin alcohol entre 2010, 2013 y 2019, con más de 4.500 referencias analizadas.
Menos azúcares en los refrescos
La principal conclusión es que la cantidad de azúcares ha bajado entre 2013 y 2019, una tendencia que ya se había observado desde 2013 y que se ha acelerado a partir de 2013.
Los autores del trabajo consideran que eso puede resultar del acuerdo colectivo entre los principales industriales del sector y los poderes públicos para reducir en un 5 % la cantidad de azúcares.
Igualmente hay que recordar que desde 2012 en Francia hay un impuesto sobre las bebidas que llevan azúcares añadidos y/o edulcorantes y desde 2018 esa tasa es proporcional a la cantidad de azúcares.
La Anses hace hincapié en que un consumo elevado de azúcares significa una aportación de energía superior a la necesaria y a largo plazo eso acarrea sobrepeso e incluso obesidad, lo que significa un mayor riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares o ciertos cánceres.
A ese respecto, recuerda que en 2016 había estimado que alrededor del 20 % de los adultos y el 25 % de los adolescentes de 13 a 17 años superaban los 100 gramos de azúcares al día, que es el umbral que recomienda no superar.
En 2019 había fijado en 60 gramos al día el límite que no debían sobrepasar los niños de 4 a 7 años, y alertaba de que un 75 % no cumplían esa regla. Para los niños de 8 a 12 años, un 60 % estaban por encima del umbral fijado en 75 gramos al día. EFE ac/ah
Seguro te interesa: 8 sustitutos de azúcar aprobados por la FDA