Las altas temperaturas y las sequías prolongadas han afectado la oferta nacional de alimentos perecederos, lo cual ha desencadenado el aumento en los precios, de acuerdo con datos de NielsenIQ (NIQ).
Destacó que productos como frutas, verduras, proteínas, panadería y salchichonería son las categorías de productos que se han visto afectadas.
La producción de alimentos se ha reducido de manera importante, ha generado una menor disponibilidad y acceso a estos productos en el mercado.
Por lo que los especialistas de NIQ señalan que esta situación ha influido directamente en el aumento de precios y en la baja producción de alimentos.
“Las condiciones climáticas actuales implican retos en la capacidad de mantener una oferta constante de productos perecederos”, comenta Laura Calderón, Líder de Costumer Success Retail Vertical de NIQ México.
“Además de las implicaciones en la disponibilidad, la sequía se tradujo en un aumento de precios que impacta a todos los consumidores”, añadió.
La especialista aseguró que en el 2019, el precio de los perecederos registró un alza del 25%, mientras que en 2022 se alcanzó un máximo de 43 por ciento.
Las ondas de calor y la sequía han incrementado aún más estas cifras, generando presiones al alza en los precios de frutas y verduras a corto plazo.
Un segmento relevante para los autoservicios
Pese a las dificultades, el mercado de productos perecederos ha mostrado un desempeño positivo en todos los segmentos, excepto en salchichonería".
Frutas y verduras, junto con proteínas, representan el 80 por ciento de las ventas en autoservicios.
Los miércoles son los días con mayor porcentaje de gasto en perecederos, concentrando un 31 por ciento del mix de gasto diario en la categoría de frutas y verduras.
Además, los meses de marzo, junio y septiembre presentan los índices más altos en valor y volumen de estas categorías.
"Las fiestas decembrinas es un periodo crítico, pues representa mayores índices de valor y unidades vendidas en el mercado de perecederos", indica la experta.
"Es esencial que los consumidores y proveedores estén preparados para enfrentar las fluctuaciones de oferta y demanda durante estos periodos claves", sugirió.
Clima extremo, factor de preocupación
El análisis de NIQ destaca que las condiciones climáticas extremas en México están afectando la producción y disponibilidad de los alimentos.
En febrero de 2024, un total de 1,599 de los 2,471 municipios del país se encontraban en estado de sequía, lo que representa un 64.7 por ciento del territorio nacional, según datos del Monitor de Sequía de México realizado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Este fenómeno resulta alarmante por las altas temperaturas registradas durante la temporada de calor de 2024, que comenzó en la tercera semana de marzo y se espera que se prolongue hasta la tercera semana de octubre.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha advertido que la actual ola de calor en México podría generar temperaturas de hasta 45°C en algunos estados.
La Organización Meteorológica Mundial ha indicado que 2023 fue el año más caluroso registrado, atribuyendo este aumento a los efectos del cambio climático.
Cambio climático podría agravar la producción agrícola
Una reciente revisión de la relación entre el clima y la agricultura, publicada en la revista Science, señala que a medida que el cambio climático ejerce más presión sobre el suministro mundial de alimentos, la agricultura, por necesidad, podría adoptar prácticas que agraven su propio impacto ambiental.
El estudio incluye la participación de expertos de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia. Según los autores, las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura han aumentado 18 veces desde la década de 1960. Representa el 30 por ciento del calentamiento global.
El uso excesivo de fertilizantes en el suelo genera óxido nitroso, un gas con un efecto invernadero 300 veces más potente que el dióxido de carbono.
El estudio destaca cómo el cambio climático está intensificando la degradación del suelo, el uso de agua, las emisiones de metano y óxido nitroso, y la pérdida de biodiversidad, entre otros problemas.
“Sin intervenciones, las prácticas agrícolas actuales podrían empeorar la situación climática en lugar de contribuir a su mitigación”, destacan los investigadores.
Las prácticas agrícolas sostenibles pueden revertir esta tendencia. El uso de fertilizantes de precisión, la rotación de cultivos y otras tecnologías se pueden implementar a gran escala para atenuar esta situación.
Los investigadores concluyen que los gobiernos deben trabajar para eliminar barreras socioeconómicas y hacer accesibles las soluciones resilientes al clima para los agricultores.
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